Santiago de Quiroga,
Presidente Editor de GM
| viernes, 22 de noviembre de 2019 h |

Esta semana hemos estado atentos a los mensajes que Ana Pastor, actual diputada del Congreso por el Partido Popular, ha lanzado en dos encuentros especiales. Uno en el Congreso de los Diputados, en el que ha sido la máxima autoridad. Méritos y preparación aparte, Ana Pastor es ya parte esencial de la historia de la Sanidad en España, porque nunca un ministro hizo tanto en tan poco tiempo: Calidad y Cohesión, Ordenación Profesional, Prevención y Control del Tabaquismo, entre otras. Por cierto, una época en la que se registraban 60.000 muertes al año en España a causa del tabaco. Eso es otro ejemplo de poner en marcha legislación útil para la sociedad. Tanto es así, que de las cinco grandes leyes impulsadas, entre la falta de desarrollo de unas y el incumplimiento de otras, se hace urgente volver a revisarlas, y recuperar el consenso logrado. Como quiera que se llame lo que sea que una a todos para resolver los problemas de ahora.

Pocas personas aceptan el honor de tener un salón de actos con tu nombre con la gratitud, y cierta modestia real, como lo hace Ana Pastor. Todos los consejeros de AMA, con los presidentes al frente de la Fundación, Diego Murillo, y de la Mutua, Luis Campos, otorgaron por unanimidad el reconocimiento el pasado mes de Junio, antes de que Ana Pastor ni si quiera supiera que iba a volver a la primera línea de la escena política nacional. Por eso, precisamente, se la va echar de menos. Un nuevo ministro o ministra de sanidad vendrá. Con poco tiempo y muchas cosas por hacer, debería aplicar la tenacidad, energía y capacidad gestora que Luis Campos le reconocía en el acto homenaje. La perseverancia y la capacidad de trabajo de Ana Pastor, destacaba Diego Murillo, es lo que ha reportado tantos beneficios a los españoles. Hemos tenido grandes ministros y ministras de sanidad de distintos partidos, pero no tenemos la garantía de que los volvamos a tener en el futuro. Con todo, lo importante no es tanto eso, como el hecho de que más que nunca es la capacidad de hacer que las cosas sucedan un mérito que quizás echemos de menos en breve.