J.V. Madrid | viernes, 18 de mayo de 2018 h |

Según los últimos datos ofrecidos por el Informe de SEOM ‘Las Cifras del Cáncer en España 2018’, la incidencia en nuestro país del cáncer de ovario fue de 3.412 casos en 2017 lo que la posiciona como el séptimo tipo de cáncer más frecuente en las mujeres.

Antonio Casado, oncólogo del Hospital Clínico San Carlos y especialista en tumores ginecológicos, cuenta a GM las novedades en el abordaje de esta enfermedad.

Pregunta. Uno de los grandes retos en el cáncer de ovario es retrasar la recaída de las pacientes una vez son tratadas con la terapia estándar, el platino ¿Qué líneas de investigación hay abiertas en este sentido?

Respuesta. Hay bastantes líneas de trabajo que también dependen de algunas circunstancias como la carga de enfermedad que tiene una persona –si recae con una alta carga tumoral o por otro lado si la caída es clínicamente menos impactante–, qué repercusión tiene la enfermedad… Todo esto tiene relevancia para decidir entre las varias opciones que tenemos en esta enfermedad. Una opción, que es la primera que tenemos en cuenta dependiendo del tipo de recaída, es la quirúrgica. A eso se le llama citorreducion secundaria.

P. ¿Qué rol piensa que todavía desempeña la quimioterapia y cuál puede ser su futuro dentro del creciente arsenal terapéutico?.

R. Los tratamientos médicos normalmente tienen que ver con el tiempo que ha pasado desde la última terapia, si la paciente recae tardíamente, en un año o dos años más tarde, tras el tratamiento con la primera tanda de quimioterapia. Lo que se hace habitualmente es poder administrar una combinación parecida a la del principio basada en carboplatino. El carboplatino se puede encontrar en diferentes fármacos y diferentes opciones de segunda línea. Carboplatino con clorhidrato de doxorubicina es otro medicamento útil en cáncer de ovario recurrente o carboplatino-gemcitabina con bevacizumab es otra buena opción, depende de si la paciente tiene muchos síntomas.

P. Todos los fármacos con un papel relevante en esta patología han sido combinados con la terapia estándar, carboplatino ¿Qué cabría esperar de combinaciones no platino?

R. Obviamente, si la recaída se produce en unas circunstancias en las que no se quisiera utilizar combinaciones de platino por la razón que sea, quizás por toxicidad hematológica, por miedo a una reacción alérgica… En este caso la terapia de no platino que más se ha utilizado es la trabectedina en combinación con doxorubicina liposomal. Esto en cuanto a quimioterapia. Por otro lado, los inhibidores PARP son tratamientos nuevos pero todavía están reservados a pacientes que han recibido dos tratamientos previos basados en platino y ahora mismo no están comercializados en monoterapia para una primera o una segunda línea en Europa. Aunque bajo ciertas circunstancias se podrían usar.

P. Además del perfil de toxicidad ¿qué diferencias hay entre utilizar combinaciones o monoterapias?

R. La monoterapia no la usamos tanto como en el pasado. En un paciente recurrente, persistente o refractario puede ser que utilicemos la monoterapia en algunas circunstancias pero normalmente utilizamos quimioterapia con bevacizumab o bien quimioterapia combinada.

La posibilidad de los regímenes es diferente en función de la toxicidad. Por ejemplo, un paciente resistente puede recibir paclitaxel y bevacizumab o puede recibir una combinación de quimioterapia, por ejemplo carboplatino-gemcitabina o podría ser también una monoterapia. La monoterapia tienen su lugar cada día pero aspiramos a más con las pacientes resistentes. Las diferencias en la toxicidad existen pero no son quizás muy relevantes porque todas las pacientes van a recibir de alguna forma tres, cuatro o más tandas de tratamiento.

P. ¿Qué nos están aportando a día de hoy los perfiles moleculares a la hora de tratar estas distintas histologías?

R. De momento los datos moleculares son limitados. Sabemos que los estudios nos han dado BRCA1 y BRCA2 y las alteraciones de la recombinación homologa que se van estudiando en este momento. Son biomarcadores que nos facilitan saber qué paciente debe de ir a un tratamiento o cuál, en principio, no debe perder la oportunidad de recibir un tratamiento de un Inhibidor de PARP.

Pero todavía la histología no la hemos incorporado a la clínica de una manera contundente. Exceptuando, quizás, los datos que tenemos de BRCA1 y BRCA2 o el déficit de combinación homologa.

P. Múltiples estudios ponen de manifiesto cómo determinados indicadores de calidad (resección quirúrgica completa del tumor, experiencia del equipo quirúrgico, equipos multidisciplinares, participación en ensayos clínicos, etc.) están estrechamente ligados al pronóstico y supervivencia de la paciente con cáncer de ovario ¿Cómo es la situación en España en este sentido?

R. La situación en España en cuanto a centralización como tal apenas existe. Es al contrario, el sistema sanitario fractura. Dificulta la entrada de los pacientes a los centros con más experiencia, simplemente porque están en otras provincias y en otras comunidades autónomas. Si me preguntan si una enfermedad tan complicada como los tumores de ovario solo deben tratarse en centros de referencia, ni mucho menos pero si con un determinado equipamiento porque estas enfermedades son complejas y se necesitan tratar en centros donde garanticen los máximos estándares quirúrgicos, estándares de diagnóstico y un equipo de médicos bien entrenados para tratar estas enfermedades.

Mi opinión es favorable a hacer centros de este tipo que no tienen que ser centros estrictamente exclusivos de referencia pero si centros donde se confirmase que contienen de alguna forma una serie de elementos multidisciplinarios, de técnicas de cirugía etc. En definitiva, de equipamientos que garanticen la experiencia y el mejor cuidado posible. Esto incluye la participación de estudios clínicos.


Recaída cáncer de ovario
“Habitualmente se administra una combinación basada en carboplatino”



Monoterapia
“La monoterapia tiene su lugar cada día pero aspiramos a más con las pacientes resistentes”