s. calvo Madrid | viernes, 22 de diciembre de 2017 h |

Relativo optimismo, aunque sin grandes aspavientos. Por lo que pueda pasar, más que nada. A la industria todavía le escuece cuando recuerda el frío que entraba por la puerta en 2008. En los años siguientes a la crisis se perdieron más de 4.000 puestos de trabajo en el sector, lo que supuso un recorte del 11 por ciento en cinco años, según anunciaba Farmaindustria. Hoy, la patronal presume de una clara mejoría en las cifras de empleo: en 2016 hubo 4.285 nuevas contrataciones, un 1,1 por ciento más que el año anterior.

Dentro del sector, según informa Farmaindustria, el empleo femenino supone el 51 por ciento, muy por encima de la media. Además, este 2017 ha catapultado a España hacia los siete primeros puestos en investigación clínica de Europa. Solo en I+D ha aumentado en 2016 un 8 por ciento la inversión, la mayor cantidad desde la crisis económica. Un caldo de cultivo propicio para que Farmaindustria renueve la próxima semana el Convenio de colaboración por la sostenibilidad y el acceso al medicamento, en los mismos términos que el vigente con la Administración.

Donde también ha habido consenso ha sido en la patronal de bioempresas Asebio. Tocaba renovar la Junta Directiva y las casi 200 compañías con derecho a voto han decidido volver a dar la mayoría a Jordi Martí otros dos años. Su director general, Ion Arocena, aprovechaba para pedir una mejora de las deducciones y sus monetizaciones para las empresas innovadoras. Por su parte, Andrés Ballesteros, delegado de la Comisión de Retos Transversales de Asebio, demandaba “flexibilidad” a la hora de devolver las ayudas para que no tambalee la viabilidad de las empresas innovadoras a la hora de saldar sus deudas. Su justificación se basaba, entre otros, en la reducción en la inversión del sector destinada a I+D en un 12 por ciento el año pasado.

El caso de Anefp es distinto. Su balance tiene forma de línea del tiempo. El autocuidado nació casi a la vez que la democracia y cumple cuarenta años. “Hemos ido creciendo junto al país”, contaba Jaume Pey, su director general. Cada 5% del crecimiento del sector supone un incremento de la economía nacional de 3.500 millones. Además presumen de haberse adelantado al principio del fin de la crisis económica porque en 2013 Anefp ya notó una correlación entre el aumento del consumo y el descenso del desempleo en los hogares españoles.

Mientras el autocuidado cumple 40, los biosimilares van entrando en la adolescencia. Once años hace desde su irrupción en el mercado y casi todos los expertos coinciden en que están aquí para quedarse. Si miramos al presente de su patronal, Biosim, saltan los datos, en su mayoría positivos, como los 478 millones de euros que le han ahorrado al Sistema Nacional de Salud desde el año 2009. Si miramos al futuro, según datos del profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha, Álvaro Hidalgo, desde el ejercicio actual y hasta 2020, la cantidad que se va a quedar en los bolsillos del Sistema Nacional de Salud es de unos 1965 millones de euros según sus estimaciones.

El segmento de los genéricos, por su parte, cierra 2017 inmerso en el “estancamiento” en el que entró en 2015. El decrecimiento en valores se vio en el primer trimestre de este ejercicio, datos, según Aeseg, alejados de la media de Europa.

Datos

La patronal destaca que el sector alcanzó el año pasado su máximo histórico en recursos destinados a la I+D: 1.085 millones de euros.

El sector biotech anuncia que la inversión en I+D ha supuesto el 1,19 por ciento del PIB en España. Un nivel todavía muy por debajo al de los vecinos europeos.

El mercado del genérico no pasa por su mejor momento. Su tasa de penetración ronda este 2017 el 40 por ciento, frente al 62 por ciento de la media continental.

El autocuidado espera un crecimiento de su mercado del 4 por ciento de aquí hasta 2020. Con una cifra para esa fecha de cerca de 7.000 millones de euros.