M. R. Madrid | viernes, 12 de julio de 2019 h |

Reino Unido ha vuelto a demostrar que se sitúa a la cabeza en su lucha contra la resistencia antimicrobiana. Y lo hace esta vez con la puesta en marcha de un plan piloto que busca potenciar la investigación y desarrollo por parte de las compañías de nuevos antibióticos. Para ello, el Instituto Nacional de Excelencia en Salud (NICE) y el NHS ponen en marcha el primer modelo de pago de estilo de “suscripción” del mundo con el objetivo de asegurar la rentabilidad de las innovaciones que llegan en este campo.

En concreto, con este nuevo modelo se pagará por adelantado a las compañías farmacéuticas el acceso a los medicamentos en función de su utilidad para el NHS. “Esto hará que sea más atractivo para las empresas invertir los aproximadamente 1.000 millones de libras que cuesta desarrollar un nuevo medicamento, ya que pueden estar seguros de que recibirán un pago por el antibiótico aunque se pueda almacenar para reservas”, ha explicado la autoridad sanitaria británica a través de un comunicado. Actualmente, a las compañías farmacéuticas se les paga por el volumen de antibióticos vendidos. El nuevo esquema serviría también para animar la I+D privada en un momento en el que el consumo se está viendo frenado por las políticas del NHS para fomentar un uso racional de los antibióticos.

No hay mayor amenaza para la salud global que las infecciones resistentes a los antibióticos; sin embargo no se han descubierto nuevas clases importantes de estos medicamentos desde la década de los 80”, ha asegurado el secretario de Salud y Asistencia Social, Matt Hancock. El objetivo principal que se marca su administración no es otro, ha dicho, que luchar contra “las superbacterias”.

Por su parte, la ministra de Salud británica, Nicola Blackwood, ha apuntado a la importancia de un proyecto al que, dijo, deberían adherirse el resto de países. “Este proyecto es un paso importante, pero solo abordará la problemática global si otros países hacen lo mismo, por eso queremos involucrar a tantos como sea posible y compartir nuestro aprendizaje de este trabajo”, ha apuntado.

Apoyo de la industria

El anuncio de este nuevo modelo innovador ha sido muy bien acogido por la patronal de la industria innovadora británica (ABPI, por sus siglas en inglés). “El anuncio es un ejemplo de cómo el Reino Unido puede liderar al mundo en esta lucha y esperamos que nos acerque más a solucionar los problemas que han obstaculizado la inversión en la investigación de antibióticos durante tanto tiempo”, ha explicado Sheuli Porkess, director ejecutivo de Investigación, Medicina e Innovación de la ABPI. “Nuestros miembros están listos para comenzar —ha puntualizado Porkess—, y cuanto antes tengamos este piloto en funcionamiento, antes podremos aplicar lo que encontremos a otros antimicrobianos en desarrollo “.

El anuncio de este nuevo modelo supone un paso más dentro del plan de acción nacional puesto en marcha en enero por el Gobierno británico —AMR 2040— , que busca dar respuesta a esta amenaza global.

De hecho, para 2050, si no se adoptan medidas, hasta 10 millones de personas podrían perder la vida cada año a causa de las resistencias antimicrobianas. Además, la economía corre el riesgo de hundirse a un nivel “catastrófico”,como ocurrió en la crisis de 2008, empujando a 24 millones de ciudadanos a la pobreza extrema, tal y como apunta un informe reciente de Naciones Unidas elaborado junto a varias agencias internacionales y expertos.