Marta Riesgo Madrid | viernes, 17 de enero de 2020 h |

Salvador Illa asume el cargo de ministro de Sanidad con la intención de “escuchar y resolver”. Unas palabras lanzadas durante su toma de posesión y que han dejado un buen sabor de boca en el sector sanitario. Y es que son muchos los asuntos que el titular de la cartera sanitaria tendrá que afrontar en los próximos meses y que demandarán una gran capacidad de escucha y de diálogo con los agentes del sector, especialmente con la industria farmacéutica del país.

Entre su lista de deberes pendientes destaca, por su proximidad, —se ha marcado un plazo de seis meses— el negociar un nuevo pacto PIB con la patronal de la industria innovadora Farmaindustria. El objetivo de este nuevo acuerdo, tal y como explica la patronal, es “seguir contribuyendo a la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud y garantizar el acceso de los pacientes a los medicamentos”. Y, aunque se desconocen las negociaciones del mismo, lo cierto es que Farmaindustria ya daba pistas a finales de 2019 de lo que esperan de este nuevo acuerdo. Entre otras cosas, esperan que el nuevo convenio tenga en cuenta la aportación del sector al país y que contemple la posibilidad de que otros sectores, como genéricos o biosimilares, puedan formar parte del mismo.

Además, desde Farmaindustria consideran necesario definir una política farmacéutica “orientada a la eficiencia, por la vía de la medición de los resultados en salud y el uso adecuado de los medicamentos, y que tenga en consideración toda su aportación a largo plazo y desde una triple perspectiva sanitaria, económica y social”… Una nueva política que debe inscribirse “en el marco de una mayor inversión en sanidad”. Un aspecto compartido también por las patronales Fenin y Asebio. Precisamente el acuerdo de Gobierno entre PSOE y Unidas Podemos refleja que la financiación suba hasta representar un 7% del PIB en 2023. Si cumplen esta promesa, el nuevo gobierno dará respuesta a una de las demandas históricas del sector.

Dentro de esta nueva política farmacéutica, Illa tendrá que hacer frente al ansiado Real Decreto de Precios y Financiación que ya parece una utopía para el sector, así como el nuevo texto que regule el Sistema de Precios de Referencia, cuyo borrador también se ha visto afectado por constantes retrasos y por los numerosos cambios ministeriales.

En este contexto de fijación de precios, todo apunta a que las negociaciones serán intensas. Las últimas declaraciones de Pedro Sánchez han sonado más a advertencia. “Es preciso reorientar las políticas relativas a la industria farmacéutica priorizando la eficiencia y la transparencia en la fijación de precios”, aseguraba Sánchez durante su intervención en el debate de investidura.

Plan de genéricos y biosimilares

Avanzar en el Plan de Acción para Fomentar la Utilización de Medicamentos Regladores del Mercado en el SNS: Biosimilares y Genéricos que aprobó la Comisión Permanente de Farmacia del Consejo Interterritorial, es otro de los deberes en la lista del nuevo ministro. En este sentido, desde la Asociación Española de Biosimilares (BioSim) esperan que esta normativa incorpore “aspectos de gran relevancia como la consideración del acuerdo marco, como fórmula preferente para la adquisición de medicamentos biosimilares y biológicos de referencia, y la implantación de fórmulas de incentivación a los servicios clínicos y/o médicos, a través de los contratos de gestión, tomando como referencia las experiencias que en este sentido se están llevando a cabo en muchos países de nuestro entorno”.

Para el SNS, asegura la directora general de BioSim, Regina Múzquiz, “acertar con unas políticas y estrategias adecuadas para la utilización de biosimilares, como contribución a la mejora de la eficiencia de la prestación farmacéutica y, por tanto, como aportación a la sostenibilidad de nuestro sistema sanitario”.

Certidumbre regulatoria

En definitiva, las compañías del sector demandan un marco regulatorio estable y que aporte certidumbre. Así lo destaca Ana Polanco, presidenta de Asebio: “las empresas necesitan tener un horizonte temporal medio-largo de certidumbre regulatoria para poder tomar sus decisiones estratégicas y analizar con detalle el contexto en el que desarrollan sus actividades”.

De este modo, desde esta patronal consideran fundamental que se dote al sistema de herramientas de planificación estratégica y de medición de resultados e impacto en la salud. Así, tienden la mano al nuevo ministro para “contribuir al diseño de esquemas innovadores de financiación que permitan gestionar la incertidumbre asociada a la innovación, alineando los intereses del sistema del que todos (instituciones, pacientes, científicos, y empresas) formamos parte”.

Renovación de la tecnología sanitaria

Desarrollar y poner en marcha un plan estructural específico de renovación del equipamiento tecnológico de los hospitales españoles es otro de los retos que el nuevo ministro encontrará en su lista. Es una de las demandas históricas de la patronal Fenin, que también espera la mejora de la coordinación entre las distintas administraciones autonómicas, en lo que respecta a políticas sanitarias y mejora de la eficiencia, renovación tecnológica e interoperabilidad de sistemas y modelos de contratación. En lo relativo a compra pública, especifican desde Fenin, “la administración también deberá trabajar en la adquisición de productos y servicios basada en el valor

El sector del autocuidado también espera poder ver ese perfil negociador que caracteriza a Illa. En concreto, desde la Asociación para el Autocuidado de la Salud (Anefp) esperan “la puesta en marcha de iniciativas que fomenten la educación en salud de los ciudadanos y contribuyan a la sostenibilidad del sistema sanitario.

A todos estos desafíos se unirá el de avanzar en un nuevo Plan Nacional de Cáncer. Un reto que se ha marcado también la Comisión Europea, que iniciará las negociaciones el próximo 4 de febrero.