El Global Madrid | jueves, 05 de julio de 2018 h |

Desde hace nueve años, Merck entrega con carácter anual sus GFI (Grants For Fertility Innovation) que este año se dividen entre dos estudios.

Cinzia di Pietro, profesora asociada de Biología Celular y Genética Molecular en la Universidad de Catania se ha hecho con una de estas becas por su proyecto ‘Aislamiento y caracterización de microRNAs de fluidos de blastocele a partir de blastocistos simples. Múltiples análisis comparativos para identificar marcadores moleculares de calidad embrionaria en tecnologías de reproducción asistida humana”, cuyo objetivo principal es conseguir una herramienta mínimamente invasiva para definir la calidad de los blastocistos y predecir su potencial de implantación y un cariotipo normal. Según Di Pietro, al aplicar esta técnica se podrían aumentar las probabilidades de éxito de la transferencia de embriones, y reducir el tiempo para conseguir un nacimiento con grandes beneficios para las parejas que se someten a tratamientos de fecundación in vitro.

También ha obtenido este reconocimiento Louise Glover, coordinadora de Investigación y Desarrollo en la Merriot Fertility Clinic de Dublín, y profesora adjunta en la escuela de Bioquímica e Inmunología en el Trinity College. Su trabajo ‘Péptidos antimicrobianos en la interferencia endometrial microbio-inmune: biomarcadores predictivos de la receptividad endometrial óptima’. Glover trata con este proyecto de analizar la influencia de los ligandos microbiales en la producción endometrial de Péptidos Antimicrobianos (AMP, por sus siglas en inglés), y correlacionar los niveles de estos AMPs con la microbiota endometrial y mejorar los resultados en técnicas de reproducción asistida.

En la gala de entrega de premios también estuvo Louise Brown, que fue la primera niña que nació con técnicas de fecundación in vitro en el año 1978. Brown explicaba que mientras fue creciendo mantuvo la relación con los artífices de su nacimiento, Patrick Septoe y Robert Edwards, y cree que su madre jamás habría imaginado el gran avance que iba a producirse en técnicas de reproducción asistida en estos 40 años. La primera ‘niña probeta’ cree que Edwards y Septoe fueron verdaderos pioneros en el campo de la fertilidad, y que sus descubrimientos contribuyeron a cambiar el mundo.