Marta Riesgo Madrid | viernes, 07 de septiembre de 2018 h |

Tras la aprobación por parte de la Comisión Europea de las primeras terapias CAR-T se inicia la etapa de negociación para que estos tratamientos estén accesibles en los sistemas públicos europeos. España ya ha comenzado este proceso y lo hace, además, contando con la postura de los clínicos. La semana pasada, la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) mantuvo una reunión con Patricia Lacruz, directora general de Cartera Básica de Servicios y Farmacia del Ministerio de Sanidad, precisamente con el objetivo de abordar la incorporación de la tecnología CAR-T a la cartera de servicios. Una reunión de la que tan sólo ha trascendido la buena sintonía entre ambas partes pero que muestra el interés para que estas terapias tengan un acceso rápido para los pacientes españoles.

El precio de estos tratamientos (Kymriah tiene un precio en Estados Unidos que alcanza los 475.000 dólares; y Yescarta de 373.000 dólares), se perfila como uno de los principales retos para su disponibilidad. En este sentido, el presidente de la SEHH, Jorge Sierra, pone sobre la mesa la necesidad de que la industria farmacéutica tenga en cuenta la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud y que, por tanto, “ajuste al máximo los precios” de estas terapias. En este sentido, la sociedad apunta la posibilidad de que se establezcan nuevas modalidades de reembolso para acelerar la entrada en el mercado de estos tratamientos.

No obstante, los expertos también llaman a no quedarse tan sólo en el precio. “Hay que ir más allá del precio y pensar que los costes podrán reducirse con el tiempo de manera considerable”, explica Jesús María Hernández Rivas, hematólogo del Hospital Universitario de Salamanca. Desde su punto de vista, “en el momento que se comience a dar acceso a estos tratamientos los costes de producción se abaratarán y serán más asequibles”. Además, Hernández Rivas llama a tener en cuenta todas las variables, como los beneficios que aportan las terapias para los pacientes o los ahorros a medio y largo plazo que pueden generar al sistema”. En definitiva, dice, la respuesta está en poder obtener más datos que faciliten calcular todas estas variables.

Al final, el principal objetivo, según el presidente de la SEHH, es el ser capaces de ofrecer a todos los pacientes que lo precisen esta forma de terapia, que es potencialmente curativa incluso en situaciones de enfermedad avanzada y refractariedad al tratamiento previo. Para ello, señala la necesidad de fomentar la financiación de ensayos clínicos en este campo. En este sentido, explica que a día de hoy “existen en España varios hospitales que realizan investigación no comercial y de alta calidad en este campo; incluso ya hay centros que han comenzado a utilizar CAR-T académicos en pacientes”.

Centralización

Por otro lado, destaca la necesidad de que se centralicen las iniciativas CARs en las Unidades de Trasplante Hematopoyético, ya sea como tratamiento de hemopatías malignas o de tumores sólidos. “En España contamos con centros de excelencia, con amplia experiencia en el trasplante alogénico de progenitores hematopoyéticos, una forma de inmunoterapia celular antineoplásica, cuyas indicaciones y complicaciones se asemejan en gran medida a las del tratamiento con células CAR-T; y disponemos de instalaciones adecuadas para su producción, acreditadas oficialmente según la normativa GMP, así como de Servicios de Hematología con Unidades de Trasplante apoyadas por Unidades de Cuidados Intensivos con gran experiencia en complicaciones graves del trasplante de células hematopoyéticas e inmunes”, puntualiza el presidente de la SEHH.

En definitiva, para conseguir todos estos objetivos Sierra confiesa que es fundamental establecer una estrecha colaboración con las administraciones, el Ministerio de Sanidad, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) y la industria farmacéutica.