Opinión

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Javier Briones Coordinador adjunto del Grupo de Investigación en CART de la SEHH | viernes, 06 de julio de 2018 h |

La inmunoterapia constituye uno de los tratamientos más innovadores y eficaces contra el cáncer. En los últimos años se ha investigado intensamente la utilización de los linfocitos T como herramienta para eliminar las células tumorales. Fruto de estos estudios ha sido el desarrollo de células T modificadas genéticamente para aumentar su capacidad de eliminar células tumorales. En concreto, las células T modificadas con receptores quiméricos antígeno-específicos (reconocidas con el acrónimo anglosajón CAR) han supuesto una revolución en el campo de la inmunoterapia del cáncer.

En esta forma de terapia, los propios linfocitos T del paciente se obtienen a partir de una extracción de sangre y, mediante técnicas genéticas, se les introduce una molécula que permite un mejor reconocimiento de la célula tumoral. Posteriormente, estas células modificadas y activadas se expanden hasta conseguir una cantidad adecuada y se administran de nuevo al paciente. Estas células T modificadas son capaces de eliminar con extraordinaria eficacia las células tumorales.

En Estados Unidos se han iniciado ensayos clínicos con células T CAR en neoplasias hematológicas (leucemia aguda lin fobástica B, linfoma B y mieloma). Los resultados clínicos, aunque preliminares, han mostrado una gran eficacia en pacientes en los que los tratamientos de quimioterapia habituales (incluido el trasplante hemopoyético) no habían dado un resultado satisfact orio, lo cual ha llevado a la aprobación de dos productos celulares por la Agencia Médica en EEUU para el tratamietno de linfoma agresivo B y leucemia aguda linfobástica B.

En España hay varios hospitales (Santa Creu i Sant Pau de Barcelona, 12 Octubre y La Paz-Pediatría en Madrid) en los que se están llevado a cabo estudios preclínicos de inmunoterapia con células T CAR para iniciar ensayos en pacientes con neoplasias hematológicas, los cuales se han iniciado ya en el Hospital Clínic de Barcelona. La investigación en este campo es imprescindible para que este tipo de terapia sea una realidad e incluso puedan mejorarse en un futuro próximo.