Quimioterapia, cirugía, radiación. Esos eran los pilares sobre los que se sustentaba la investigación oncológica, hasta hace unos años. “Yo creo que en el futuro la inmunooncología va a tener cada vez un rol más importante. Quizá llegará a reemplazar a la quimioterapia o a la radiación, pero no a la cirugía. Va a cambiar, y de hecho lo está cambiando ya, la forma de tratar el cáncer”, afirma Kevin Chin, vicepresidente de Desarrollo Clínico Global del departamento de inmuno oncología de Merck.
Avelumab sigue su camino tras las recientes aprobaciones de la FDA y la Comisón Europea aunque en España se espera que la aprobación comercial llegue en los próximos meses.
En algunos países todavía no se prescribe como la primera opción pese a que “muchos oncólogos sientan que el mejor tratamiento es la inmunoterapia. Quizá ellos quisieran prescribirlo pero algunos reglamentos todavían dan prioridad a la quimioterapia”. Chin también se posiciona sobre el coste y la financiación al reconocer que es una cuestión “complicada” porque cada vez es más caro tratar a los pacientes: “No tengo la solución pero sé que las compañías trabajan duro para alcanzar un coste justo”.
Todavía esta nueva terapia se encuentra en fase de aprendizaje, sobre todo para los profesionales médicos encargados de utilizarla. “Hay un periodo de educación, todavía habrá muchos que recomienden primero quimioterapia porque es lo que se hacía hasta ahora. De ahí la importancia de que sigamos haciendo conferencias y organizando simposios para poder comunicar que hay avances, que hay nuevas opciones. En general se está comercializando bien, la compañía está poniendo mucho esfuerzo en ello”.
El vicepresidente de Desarrollo Clínico Global del Departamento de Inmuno oncología de Merck también valora de forma positva el cambio en la relación entre médico y paciente porque, según sostiene, ambos están hoy en día mejor informados: “Un paciente puede recurrir a las búsquedas por internet y encontrar nuevos tratamientos que puede consultar al profesional; esto es algo muy bueno porque genera diálogo. Antes el médico te decía lo que tenías que hacer y cómo te tenían que tratar. Tanto el paciente como los doctores están más y mejor formados”, zanja.
