Marta Riesgo Madrid | viernes, 24 de noviembre de 2017 h |

Los próximos meses serán decisivos para un sector farmacéutico que aún no sabe qué línea adoptará el Gobierno británico de cara a su salida de la Unión Europea. De momento, el país ya ha tenido que enfrentarse a la realidad de ver como la sede de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) se traslada a otra ciudad, en este caso Amsterdam, dejando numerosos puestos de trabajo y afectando de forma directa a la economía británica. Sin embargo, el daño aún puede ser mayor, y así lo advierte la patronal de la industria farmacéutica innovadora, Abpi, que asegura que el sector se encuentra actualmente en una “coyuntura crítica”. Así lo puso de manifiesto la presidenta de la patronal, Lisa Anson, durante su intervención anual en la cena de gala del Parliamentary and Scientific Committee.

Anson recordó durante su discurso que el sector de las ciencias de la vida británico tiene un valor actual de 30.400 millones de libras. Un valor que puede perderse si no se abordan los apremiantes desafíos y se aprovechan correctamente las oportunidades. En este sentido, la presidenta de la patronal puso sobre la mesa la necesidad de mantener la fuerza de trabajo científica cualificada que mantenga a Reino Unido como una potencia competitiva en materia de salud. En este sentido, ha explicado que el desarrollo exitoso de medicamentos y vacunas depende de que se disponga de las personas adecuadas, con las habilidades adecuadas. “Sin embargo, actualmente nos enfrentamos con grandes problemas para la contratación de expertos en medicina traslacional, farmacología clínica y en disciplinas de rápido desarrollo como biología de sistemas e informática de la salud y estimamos que se necesitan entre 400 y 600 personas en estas áreas”.

Por ello, y atendiendo a esta necesidad, la presidenta de la patronal asegura que el país no puede permitirse que el Brexit “sofoque las oportunidades para los científicos británicos y restrinja el acceso a las mentes brillantes de otros países”.

Y es que los objetivos del sector farmacéutico de cara a las negociaciones del Brexit son, desde su punto de vista, muy claros: “además de garantizar la facilidad de movimiento para el talento global, debemos asegurar un enfoque colaborativo de la regulación de medicamentos, preservar las relaciones comerciales integradas del Reino Unido y la UE y asegurar los fondos para ofrecer un futuro exitoso para la ciencia del Reino Unido”.

Anson reconoció que la publicación de la estrategia en materia de ciencias de la vida por parte del Gobierno es un modelo bienvenido pero, para tener éxito, puntualizó, “debe implementarse en asociación con un NHS que pueda adoptar la innovación de forma sostenible, maximizar los datos que posea para mapear los resultados de los pacientes y, lo más importante, seguir el ritmo del resto del mundo en la investigación, desarrollo y uso de nuevos medicamentos. y tecnologías de salud. Necesitamos medidas ahora para implementar la estrategia y convertir esta ambición en realidad”.

El acceso a las innovaciones es también una gran prioridad para la patronal. En este sentido, su presidenta, aunque reconoció que su país. “tiene algunos de los precios más bajos de los medicamentos en la UE y una de las evaluaciones de costo-efectividad más estrictas”, cada vez, puntualizó, “hay más pruebas, incluidos datos del Gobierno, que muestran que el Reino Unido está rezagado con respecto a otros países similares en cuanto a los resultados de los pacientes y el acceso a los medicamentos”.

En este sentido, recordó que el Reino Unido gasta un 9,9 por ciento de su PIB en sanidad, en comparación con la media de la Unión EUropea del 11,3 por ciento. Por ello, finalizó aseverando que “no podemos cumplir con la ambición de ofrecer una atención sanitaria de talla mundial a menos que invirtamos en línea con los países de nuestro entorno; la cantidad sensata estaría en línea con el resto de países del G7”.