M.R Madrid | viernes, 20 de octubre de 2017 h |

La agencia norteamericana del medicamento (FDA) ha anunciado este miércoles la aprobación de comercialización de la segunda terapia génica para linfomas agresivos, Yescarta, de la compañía Kite, adquirida recientemente por Gilead.

Esta nueva terapia de células T de receptor de antígeno quimérico (CAR T), implica extraer las células T que combaten las enfermedades de un paciente para modificarlas genéticamente. De este modo, una vez extraídas se les incluye un nuevo gen que contiene una proteína específica (un receptor de antígeno) que dirige a las células T a acabar con las leucémicas. Una vez que las células son modificadas, se inyectan de nuevo en el enfermo para que ataquen a las células tumorales.

Yescarta ha sido autorizado para pacientes adultos con linfoma de células B grandes recidivadas o refractarias después de dos o más líneas de tratamiento sistémico, incluido el linfoma difuso de células B grandes (DLBCL).

Tal y como ha anunciado la compañía en un comunicado el precio del tratamiento será de 373.000 dólares.

“Hoy es un día importante para los pacientes con linfoma de células B grande recidivante o refractario que se han quedado sin opciones y han estado esperando nuevos tratamientos que puedan ayudarlos en su lucha contra el cáncer”, dijo John Milligan, presidente y jefe oficial Ejecutivo de Gilead Sciences. “Con la innovación, el talento y el impulso combinados de los equipos de Kite y Gilead, avanzaremos rápidamente en la investigación sobre terapia celular y aspiraremos a ofrecer nuevas opciones a los pacientes con otros tipos de cáncer”.

La primera terapia génica aprobada por la agencia norteamericana fue Kymriah (tisagenlecleucel), de Novartis, un nuevo tipo de inmunoterapia modificadora de genes para la leucemia. El tratamiento fue aprobado para pacientes de hasta 25 años que han recidivado o no han mejorado con el tratamiento previo de la leucemia linfoblástica aguda de células B (ALL). El precio para esta innovación alcanza los 475.000 dólares, lo que le situaría como uno de los fármacos más caros de la historia.