Nieves Sebastián Madrid | viernes, 05 de abril de 2019 h |

Theresa May ha solicitado una nueva prórroga para consumar el Brexit. La semana pasada, la Cámara de los Comunes debatía alternativas a esta ruptura tales como cancelar el proceso, dejar en manos de la ciudadanía la decisión sobre el acuerdo de ruptura o que Reino Unido conformase una unión aduanera con la UE. Ninguna salió adelante y el futuro del Brexit sigue estando en el aire.

La premier británica pretende presentar —por cuarta vez— el mismo acuerdo de separación, aunque mientras tanto, hace unos días mantenía una reunión con su Gabinete en la que planteaban la elaboración de un nuevo acuerdo de salida con los laboristas. El objetivo de este consenso sería tratar de conseguir el respaldo suficiente como para que llegue a buen puerto. Por ello, May solicitaba a la UE una nueva prórroga que le dé un margen más amplio que el límite del 12 de abril, y poder evitar un Brexit sin acuerdo.

Mientras tanto, desde la industria farmacéutica, tras los últimos sucesos acaecidos en el palacio de Westminster, llaman a prepararse ante los posibles escenarios, incluso el de la salida abrupta, para evitar problemas que puedan afectar a la salud pública.

Medidas para asegurar la unión

Con el fin de evitar los posibles problemas derivados de una ruptura abrupta, desde la Asociación Británica de la Industria Farmacéutica (ABPI, por sus siglas en inglés) proponen una serie de medidas de cara a una futura relación entre Reino Unido y la Unión Europea.

Entre estas propuestas se incluyen algunas relativas a la regulación de medicamentos con el fin de que el Brexit no influya negativamente en la salud pública ni en ambas industrias. Una de las líneas principales de trabajo es buscar un acuerdo de regulación mutuo o un acuerdo de reconocimiento mutuo con la Agencia Europea de Medicamentos. Este sería aplicado a las evaluaciones presentes y futuras. Además, consideran importante que se garantice la participación de los británicos en aquellos procesos regulatorios de fármacos de la UE.

Respecto a la ciencia e investigación, desde la ABPI exponen dos propuestas basadas en un objetivo principal: asegurarse de que Reino Unido negocie el acceso continuo a programas de financiación y colaboración europeos. Las peticiones concretas son que se siga incluyendo a los británicos entre los proyectos desarrollados en el marco de Horizonte 2020 y mantener la colaboración con el Banco Europeo de Inversiones tal y como lo hacen hasta el momento.

En materia de acceso al talento, desde la ABPI consideran que la prioridad es que se promueva la movilidad del talento altamente cualificado en life science. Para ello sugieren que el sistema de inmigración contemple estas necesidades, que se confeccione un acuerdo en el que se favorezca la movilidad de estos profesionales y que se tenga en cuenta también la movilidad derivada de los procesos de transferencia internos dentro de las empresas. Además, opinan que es prioritario que se garanticen los derechos de los profesionales de países de la UE que actualmente ya están trabajando en Reino Unido, así como los de los británicos que cuentan con un puesto de trabajo dentro de la Unión Europea.

Por último, en materia de comercio, la patronal solicita que se negocien los términos de las importaciones y exportaciones de productos farmacéuticos, además de todos los procesos integrados dentro de la cadena de suministro. A este respecto, consideran prioritario que se mantengan los términos ya negociados para el área de life science —que serían los correspondientes a los de un miembro de pleno derecho de la UE— así como que se mantengan los tipos impositivos. También demandan que se continúe actuando en base a los códigos de buenas prácticas de fabricación y distribución estipulados dentro de la UE. En este sentido, creen que se debe consensuar que las decisiones e inspecciones de los diferentes tratamientos sean válidas en ambos territorios indiferentemente de su realización en la UE o en el país británico. El último acuerdo que demandan en el área comercial es que se trabaje para mantener los beneficios derivados de las directivas de intereses y royalties.

Perspectiva de la biotecnología

“Soy consciente de cómo el drama de Westminster proporciona un escenario inútil para aquellos que buscan una inversión global en empresas del Reino Unido” afirma Steve Bates, director ejecutivo de la Asociación de Biotecnología del Reino Unido (BIA).

Siguiendo este hilo, desde la asociación que dirige Bates reconocen las dificultades que puede implicar el Brexit para la industria farmacéutica, sobre todo si finalmente se materializa sin acuerdo. Para ello, realizan una serie de recomendaciones a las compañías del sector, de cara a estar preparadas por si se efectúa una salida sin acuerdo.

En primer lugar instan a rellenar un formulario en la web del Gobierno británico para obtener información de relevancia sobre su empresa de cara al Brexit. Asimismo, sugieren que cada compañía se informe de los nuevos impuestos que se le podrán cargar una vez se lleve a cabo la salida de Reino Unido de la UE, además de las nuevas condiciones aduaneras que se les aplicarían una vez dejasen de formar parte de la Unión.

Desde el prisma regulatorio, la BIA recuerda que se debe comprobar la normativa vigente para vender productos médicos tanto en el Reino Unido como en los Estados miembro de la UE a partir de la ruptura. Por último, en el plano laboral se promueven las verificaciones de los permisos de trabajo para aquellos trabajadores de la UE o Suiza que se incorporen a las empresas biotecnológicas a partir del Brexit, e informando tanto a los nuevos como antiguos empleados de los posibles escenarios en materia laboral.

La agencia reguladora de Reino Unido, la MHRA, también trabaja en una guía de actuación ante el ‘no-acuerdo’ en la que se establece como objetivo central que no haya problemas de desabastecimiento de medicamentos.