MARCOS GARCÍA Madrid | viernes, 07 de octubre de 2016 h |

El gigantesco volumen de información que domina la realidad sanitaria actual no escapa a la relación entre industria farmacéutica, Administración Pública y pacientes. Este era el tema de interés principal en el XIX Foro de la Industria Farmacéutica que han organizado a la limón QuintilesIMS y el Instituto de Empresa (IE) Business School.

El objetivo de este foro es que los actores sanitarios abandonen los espacios estancos en que se encuentran e inaugurar una nueva época en que la medición de resultados y el compartir información sean esenciales para colocar al paciente en el centro del sistema sanitario. Concha Almarza, directora general de QuintilesIMS en España, aseguró que “medir para comparar, para decidir, para evolucionar y para compartir. Al final medir queda bien y a veces queda mal, pero cuando queda mal sirve para identificar donde hay que mejorar y seguir para adelante. Todos somos conscientes de que no hay más remedio de que nos midan para demostrar y poder seguir avanzando en colaborar con el resto de agentes en el sector”, aseguró a modo de conclusión.

Previamente se habían sucedido tres mesas en las que representantes de la industria, de la Administración Pública, clínicos e investigadores desgranaban las aristas, riesgos y beneficios que el compartir la información sanitaria (historial de pacientes, resultados de ensayos clínicos, valoración de los hospitales, datos de gerencia…) y su posterior evaluación tenían para el beneficio del sistema y sobre todo del paciente.

La mesa que mayor interés despertaba para la industria farmacéutica tenía el título: ‘Necesidad de un cambio de paradigma: de proveedores a colaboradores’ y en ella estuvo presente el director general de Coordinación de Asistencia Sanitaria, César Pascual, el director general de Celgene y presidente de Asebio, Jordi Martí, y el vicepresidente de Medtronic, Javier Colás. César Pascual señaló que todos los actores deben buscar “marcos estables y un mercado vertebrado, que tenga fluidez en los pagos”. Denunció que “la administración no es la única que tiene que correr riesgos”, y reconoció que las administraciones han fallado a reconocer que “la compra pública innovadora es prácticamente nula”.

Por su parte, Martí indicó que “en este país no tenemos cultura de medir y debemos hacerlo estratégicamente y que esa ausencia de evaluación es una de las principales barreras para que el sistema no funcione”. Además, destacó que hay aspectos de “compliance y colaboración pública-privada que ofrecen mejoras a todos los actores involucrados”. En cambio, Colás señaló que el anhelado cambio de paradigma para que la industria deje de ser un proveedor para convertirse en un colaborador de la administración pública “tiene que venir de abajo a arriba. Queremos crear valor en el paciente a través de nuestros productos y la innovación. Más si cabe que con la crisis hay una caída o un recorte en los presupuestos sanitarios públicos, que se han reducido por la crisis”, explicó.

La última mesa abordaba las posibilidades del Big-Data y el Real World Evidence como herramientas de información con una vertiente interna en las compañías y aplicación directa en los pacientes. Javier Urzelay, director general de Shire Iberia aseguró que “donde hay innovaciones disruptivas es ahí donde el Real World Evidence se hace relevante. Los datos son de los pacientes no de las instituciones. Es una ingenuidad pensar que se va pasar de la no utilización de su información a su uso. Este es un proceso de lucha y de antítesis. Sería peligrosísimo que de repente se abrieran las puertas, pero sería negar el progreso que las administraciones se obcecaran en poner puertas al campo. Hay que evitar que la industria se desmande y acelerar a las administraciones”, señaló