s. calvo Madrid | viernes, 16 de febrero de 2018 h |

Llega una nueva dosis para un viejo conocido: Brilique 60 mg beneficiará hasta un 30 por ciento de pacientes con síndrome coronario agudo. El fármaco que firma AstraZeneca es el único antiagregante plaquetario antagonista de P2Y ampliado para personas con antecedentes de infarto de miocardio más allá del primer año y que presentan un alto riesgo de padecer un acontecimiento aterotrombótico.

Como recordaba el doctor Manuel Anguita, presidente de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en España. Se dan 100.000 infartos de miocardio al año y de esos, unos 30.000 acaban en muerte antes incluso de que el paciente llegue al hospital. “La mortalidad de los infartos se ha reducido pero todavía queda ese uno de cada tres que no sobrevive”, apunta Anguita.

Más miedo al cáncer

Según la encuesta ‘Salud cardiovascular y estilo de vida de la población española’, elaborada por Ipsos para AstraZeneca, el cáncer sigue siendo para un 82 por ciento la enfermedad que más grado de temor genera y sobre la que hay un mayor conocimiento, aunque las dolencias cardiacas sigan siendo la primera causa de muerte. De hecho, el doctor Anguita explica que 28 días después de un alta, la mortalidad se queda en el 13 por ciento y el riesgo de nuevo infarto en dos años se sigue manteniendo en el mismo tanto por cien. Este sondeo establece que un 66 por ciento realizan actividad física moderada tras un ECV y el 72 por ciento reconoce que su vida cotidiana ha cambiado mucho. La muestra se ha realizado con preguntas a 1.009 personas de edades comprendidas entre los 35 y los 90 años; de ellos, un 49 por ciento eran hombres y el 51 restante, mujeres. Aunque parezca lo contrario, la mortalidad cardiovascular es más alta en mujeres que en hombres. “Esto no es como una operación de apendicitis en la que el afectado se queda curado completamente: tras ese episodio, el paciente sigue con la enfermedad y persiste el riesgo en el futuro”, alertaba Anguita. “Aunque no se presenten síntomas visibles, no quiere decir que uno esté curado ya del todo”, recordaba Vicente Arrarte, cardiólogo del Hospital General de Alicante.