L. Díaz Madrid | viernes, 01 de septiembre de 2017 h |

La acción de Astellas cotiza en 1.388 yenes, muy cerca de su mínimo anual. Su evolución en el último año ha sido eminentemente bajista, iniciando a principios de año una senda negativa que ha abarcado gran parte de lo que va de año, aunque desde julio se ha ido estabilizando, evolucionando hacia un desplazamiento horizontal. Desde enero ha retrocedido un 14 por ciento, mientras que en la comparación interanual su caída es algo menor, del 12 por ciento.

Analizando un periodo temporal más amplio (3 años) se puede ver como ha evolucionado dentro de una senda de caída que inició a principios de 2015, tras un intenso rally alcista que le llevó a superar los 2.000 yenes. Con diferente intensidad la evolución bajista ha sido la nota predominante, habiendo perdido en los 2 últimos años y medio un 30 por ciento de su capitalización bursátil.

Los últimos resultados publicados corresponden al cierre del primer trimestre del ejercicio 2017-18. Las ventas descendieron un 4,5 por ciento, mientras que el beneficio recurrente lo hizo un 22,7 por ciento, descensos motivados por cambios en el perímetro de consolidación. Los ingresos ascendieron a 2.580 millones de euros mientras que el beneficio fue de 510 millones de euros.

Por mercados geográficos las ventas aumentaron en Asia (excluyendo Japón) y Oceanía mientras que disminuyeron en el resto. En el mercado japonés, donde este grupo genera casi un tercio de sus ingresos, disminuyeron un 7,5 por ciento debido a cambios en sus productos así como al impacto de genéricos.

Por áreas terapéuticas destacar el buen comportamiento de su área de oncología, que genera un 25 por ciento de su facturación, y que experimentó un crecimiento en el año del 3,4 por ciento. Otras áreas terapéuticas principales, como urología, vieron en cambio caer su facturación.

Astellas estima cerrar el ejercicio con unas ventas de 9.760 millones de euros, un 2,5 por ciento inferiores a las del ejercicio anterior, mientras que el beneficio recurrente podría alcanzar los 1.500 millones de euros, un 9 por ciento por debajo del pasado año. Al apartado de I+D estima destinar 1.660 millones de euros, un 4,8 por ciento más que en el ejercicio anterior. Esta inversión supondría un ratio sobre ventas del 17 por ciento, sensiblemente superior al de la media del sector. Su actividad de investigación se centra en urología, oncología, inmunología, neurología y neurología.

Cabe señalar dentro de su política de crecimiento mediante el desarrollo orgánico y las adquisiciones selectivas, la adquisición de Ogeda, empresa con domicilio en Bélgica y que le ha supuesto una inversión de 500 millones de euros, que se podría incrementar en otros 300 millones de euros adicionales en función del desarrollo de un fármaco para síntomas de la menopausia.

En relación con su posible comportamiento en bolsa en los próximos meses, su perfil actual es relativamente estable. En principio podría moverse en los niveles actuales a la espera de que un comportamiento en resultados por encima de las estimaciones que maneja el mercado pudiera ayudarle a recuperar parte del terreno perdido en este ejercicio.