c. r. Vitoria | lunes, 18 de febrero de 2013 h |

Los efectos de la crisis financiera le llegaron a Jon Darpón Sierra cuando trabajaba como director general de la nueva clínica del Igualatorio en Zorrozaurre. A muchos les sorprendió que dejase de capitanear la mayor clínica privada del País Vasco para aceptar la oferta de Iñigo Urkullu de ponerse al frente de una Consejería de Sanidad en plena época de recortes, y para más inri, en sustitución de Rafael Bengoa, cuya sombra se alargó aún más tras darle el ‘sí, quiero’ a Barack Obama y unirse al equipo que gestiona la reforma del sistema sanitario de Estados Unidos. Pero Darpón, hincha reconocido del Athletic de Bilbao, no teme a nada. Nadie mejor que un ‘león’ para poner a la crisis en su sitio.

Y también, como el equipo rojiblanco, que tiene por principio fichar a jugadores formados en la cantera, Darpón sale a un terreno de juego que no le es desconocido. En 1999 fue nombrado director de Asistencia Sanitaria de Osakidetza, el Servicio Vasco de Salud, cargo que ostentó hasta 2005, cuando pasó a dirigir el Hospital de Basurto.

Mucho han cambiado las cosas desde entonces, y la tarea del consejero es, casi con más literalidad que nunca, titánica. No en vano, los colores del Athletic de Bilbao son los mismos de la insignia de la compañía naval White Star Line, propietaria del famoso transatlántico naufragado. Curiosa asociación de ideas en un momento en el que la Sanidad hace aguas. Darpón es consciente de ello. Curtido en la gestión, llegó a la consejería con la intención de “transformar el sector para que siga siendo público”.

Y esa transformación pasa, en parte, por continuar la labor de su antecesor en materia de pacientes crónicos, que el nuevo consejero quiere llevar todavía más lejos. Lo mismo habría querido hacer con el copago farmacéutico por renta, aunque el levantamiento de la suspensión cautelar dictada por el Tribunal Constitucional ha supuesto un primer varapalo al cual el nuevo titular no puede hacer oídos sordos.

A estas alturas, solo el fallo definitivo del Tribunal Constitucional puede evitar que el modelo estatal de participación de los usuarios llegue al País Vasco. Aunque incluso cuando esto ocurra, Darpón guarda una bala en la recámara que podría convertir al País Vasco en la primera comunidad que implanta medidas para “dulcificar” el copago farmacéutico en algún grupo de usuarios. Acostumbrado a trabajar a pie de obra y compartir problemas con las personas, Darpón esperará primero a instalar la medida y ver sus repercusiones antes de estudiar si es necesario implementar posibles compensaciones.