carlos b. rodríguez Madrid | viernes, 01 de febrero de 2013 h |

Los AVAC, o años de vida ajustados por calidad (QALY), constituyen una unidad de medida de resultados de salud que calcula la esperanza de vida y la calidad de los años de vida ganados tras una determinada intervención sanitaria. Desde su invención, en 1956, a manos de los economistas Christopher Cundell y Carlos McCartney, esta fórmula se ha convertido en marca de la casa del NICE y de otras agencias de evaluación, como las de Canadá y Australia, para tomar sus decisiones en materia de reembolso de medicamentos. Pero en la nueva era que se avecina en los sistemas de precios, los AVAC pueden tener los días contados. Un estudio financiado por la Unión Europea asegura que esta métrica falla y pide que no se extienda por más países.

El llamamiento de los investigadores que durante tres años han trabajado en el proyecto Echoutcome es importante de cara a España, que sigue analizando la evidencia disponible en otros países antes de implantar un nuevo sistema de precios y reembolso de sus medicamentos. De hecho, y pese a que los QALY se han convertido en un referente en los últimos años, no todos se han dejado seducir por ellos. Alemania, por ejemplo, ha optado por rechazar esta unidad de medida de los resultados en salud.

La fórmula que ha hecho famoso al NICE se basa en cuatro supuestos sobre cómo evalúan los pacientes los años de vida adicional y diferentes estados de salud. El trabajo de Echoutcome, que ha aunado a investigadores de seis universidades y agencias de I+D, invalida los cuatro supuestos. Se ha apoyado para ello en 1.300 encuestas, diseñadas por expertos en economía y profesionales sanitarios, y llevadas a cabo en Bélgica, Francia, Italia y Reino Unido.

El amplio rango de variabilidad de las respuestas recibidas denota que la evaluación sobre los resultados médicos es algo personal que no puede resumirse en una fórmula. De ahí que la investigación concluya que el método de los QALY es “inválido” para tomar decisiones y que apueste por reemplazarlo por un sistema “más flexible, que pueda adoptar un enfoque caso por caso”.

Los ‘errores’ del NICE

Los investigadores incluyen en su trabajo ejemplos de cómo el uso de esta métrica defectuosa ha llevado al NICE a cometer errores en su aproximación a determinados medicamentos innovadores. Entre ellos destacan que el organismo ha valorado que algunos fármacos biológicos pueden ser empleados para el tratamiento de la artritis reumatoide pero no así uno nuevo —Orencia (abatacept DCI), de Bristol-Myers Squibb—, a pesar de que varias evaluaciones del mismo realizadas con la fórmula de los QALY ofrecían resultados divergentes. Esta decisión bloquea el acceso de los pacientes a esta terapia, a pesar de que varios estudios aseguran que es segura, eficaz y coste-efectiva.

Por su parte, desde el NICE ya han dado su opinión sobre este estudio. Sus responsables aseguran que es preciso encontrar una medida simple aplicable a todas las patologías y categorías terapéuticas, y hasta el momento, añaden, nadie ha desarrollado un método mejor que el de los QALY. El tiempo dirá si los países, como España, que trabajan en un nuevos sistema de precios, continúan confiando en ellos, o si los AVAC son cosa del pasado.