Carlos Arganda Madrid | viernes, 28 de septiembre de 2012 h |

“Es posible una generación sin VIH”. Con estas palabras María Río, directora general de Gilead, clausuró el II Encuentro de Salud Pública organizado por su compañía y la Fundación Gaspar Casal que se centró en la carga de la enfermedad y gestión clínica del VIH. Río hacía referencia a unas palabras de Julio Montaner, director del centro de Excelencia en VIH/Sida de la universidad de British Columbia, y mostraba su optimismo ante el futuro de la enfermedad si se trabaja “en el diagnostico precoz y el acceso temprano al tratamiento”.

No debería ser difícil profundizar en estos ámbitos ya que, como explicó Río, el propio Plan Nacional del Sida reconoce que en España tenemos “el conocimiento y los medios para cambiar el perfil de la evolución del VIH”. Para ello, hace falta entre otras cuestiones, “una planificación adecuada”.

Pero la realidad de nuestro país está aún lejos de conseguir ese objetivo. Según explicaron diversos expertos que participaron en la mesa “Nuevos retos en gestión clínica en el manejo del paciente con VIH/sida”, los diagnósticos siguen siendo tardíos y el inicio de un tratamiento óptimo se retrasa.

Según José Ramón Arribas, jefe de la Unidad de VIH del Hospital La Paz de Madrid, el retraso del diagnostico del sida es “una desgracia evitable” que no solo se perjudica a los pacientes ya que “además de los beneficios individuales del tratamiento precoz también hay un beneficio social” por la reducción de los riesgos de transmisión en un paciente controlado. Por ese motivo, se mostró en contra de las restricciones en la asistencia a inmigrantes.

No obstante, Arribas se mostró optimista dada la evolución pasada de la terapia de la enfermedad. “Es difícil encontrar un área terapéutica en la medicina en la que se haya avanzado tanto” y es que, según él, hoy en día la esperanza de vida de estos pacientes es de “solo 15 años menos que una persona sin VIH”. En este sentido, destacó que en los últimos años ha cambiado la causa de mortalidad de los pacientes con VIH, incrementándose los cánceres no relacionados con el VIH.

Pruebas negativas previas

Por su parte, Jorge del Romero puso el foco en el perfil demográfico de los nuevos infectados. Según los datos recopilados en el centro Sanitario Sandoval de Madrid, del que es director, la mayoría de los nuevos casos corresponden con hombres homo o bisexuales que refieren, hasta en un 83 por ciento de los casos, al menos una prueba anterior negativa. En este sentido destacó que se trata, por tanto de personas que habitualmente tienen prácticas de riesgo y que en muchos casos las realizan bajo los efectos de drogas recreacionales.

Otro reto de futuro es el incremento de la incidencia. Actualmente, según datos del centro Sandoval el 15 por ciento de los pacientes que acuden dan positivo en su primera visita, mientras que en 2006 esta incidencia era del 9,3 por ciento, explicó del Romero. Un incremento que es muy significativo en jóvenes y adolescentes homo y bisexuales entre 13 y 20 años, cuya prevalencia alcanza ya el 13,5 por ciento frente al 3,1 por ciento registrada en 2007.

En este sentido, Federico Sbert, director general de Salud Pública de las Islas Baleares, destacó que en su comunidad se han puesto en marcha consultas para jóvenes en centros educativos ya que la población tiene que seguir concienciada de la importancia de prevenir. Según él “se ha perdido el miedo” al VIH. Una realidad que, junto al estigma que rodea a la enfermedad, complica mucho las labores de prevención.

Por ello, Del Romero puso el foco en parte del diagnóstico precoz requiere acudir a los lugares que frecuentan las personas en grupos de riesgo. De este modo, destacó los acuerdos que tienen con centros de Atención Primaria, Cruz Roja y ONG para lograr reducir los casos de diagnóstico de enfermedad avanzada al 5 por ciento, frente al 28 por ciento que se registra en otros centros. Esta colaboración es algo que también funciona en Cataluña, según Albert Giménez, del departamento de Salud, que puso como ejemplo los test en las farmacias. No obstante, según él hay que incrementar la “interrelación entre los diferentes niveles de actuación sobre el VIH” así como su “integración con Salud Pública”.

Importancia del TAR

Por otro lado, del Romero destacó la importancia del tratamiento antirretroviral (TAR), especialmente para la prevención de la transmisión vertical y sexual. Según datos recientes, el inicio precoz del TAR reduce un 96 por ciento el riesgo de transmisión sexual del VIH en parejas serodiscordantes, “superior al del preservativo”, explicó.