Rocío chiva Basilea | viernes, 03 de julio de 2015 h |

Investigar en necesidades médicas no cubiertas y entender los mecanismos de las enfermedades son los dos objetivos principales del Instituto Novartis para la Investigación Biomédica (NIBR). Una tarea centrada actualmente en tres áreas: la fragilidad, las plagas y la terapia génica, tal y como detalló Mark Fishman, presidente de este Instituto, durante la celebración de la jornada ‘Innovating for Patients’ en Basilea (Suiza).

En la primera área, la dedicada al estudio de patologías que producen dependencia, la compañía se encuentra actualmente investigando en la pérdida de audición bilateral grave, un problema que afecta a más del 10 por ciento de los mayores de 65 años. Aquí, Novartis tiene un ensayo clínico en fase I/II con un adenovirus recombinante, CFG166, que ya ha demostrado su eficacia en modelos animales. Además, la compañía tiene también en marcha dos ensayos con el anticuerpo monoclonal BYM338, uno en miositis por cuerpos de inclusión esporádica (fase II/III) y otro en sarcopenia (fase II). En fallo cardiaco, Novartis investiga la capacidad de CLR235 para estimular la contractibilidad del corazón.

Otro de los retos en investigación de la compañía suiza es el alzhéimer. Aquí, los estudios están centrados en lograr el bloqueo de la formación de placas de beta amiloide en pacientes aún sin síntomas. Y es que, en opinión de Fishman, el problema de los pocos avances terapéuticos en esta patología es que se administran fármacos a pacientes ya muy avanzados en su neurodegeneración.

Las resistencias antibióticas y la aparición de nuevas infecciones bacterianas para las que no existe todavía un tratamiento es la segunda gran área en la que se centra el NIBR. Además de en malaria y enfermedad de Chagas, la compañía está interesada sobre todo en el desarrollo de fármacos que consigan penetrar la membrana de las bacterias Gram negativas, uno de los resto hoy día en el diseño de antibióticos.

En cuanto a la “creación de genes”, la tercera área, Fishman explicó que “es posible en animales”, aunque reconoció las complicaciones éticas que podría tener su uso en humanos. La novedad es el cambio de foco del ADN al ARN, un cambio que ha hecho posible que modelos animales de atrofia espinal vean aumentada su supervivencia gracias a la acción de LMI070, un fármaco capaz de ligarse al ARN defectuoso para “arreglarlo”, tal y como se ha visto en estudios de cristalización.A la vista de estos datos, la Agencia Americana del Medicamento, aseguró el presidente del NIBR, les ha dado permiso para investigar su eficacia en neonatos.

A pesar de la cantidad de investigación, la oncología es todavía un área con muchas necesidades no cubiertas. Aquí, Novartis apuesta por combinaciones de fármacos como, por ejemplo, Tasigna y Glivec para el tratamiento de la leucemia mieloide crónica. Pero no agotan aquí las combinaciones porque ya hay en marcha un estudio en fase I de combinación de Tasigna con un inhibidor alostérico de BCR-ABL. También en mielofibrosis, Novartis mantiene su estrategia de combinación, concretamente Jakavi con Farydak, con BKM120 y con LDE225. En melanoma, Novartis acaba de presentar datos de la combinación de tafinlab y Mekinist y, en cáncer de mama avanzado con receptores hormonales positivos, la compañía tiene en investigación una triple combinación —terapia hormonal, ribociclib y un inhibidor de la vía PI3K— con resultados prometedores en preclínica.

Además, la compañía no ha querido quedarse fuera de la inmunooncología y actualmente tiene tres fármacos inmunoterápicos en su pipeline: un anti-PD1, un anti-LAG3 y un anti-TIM3.