Ángela de Rueda Madrid | viernes, 08 de abril de 2016 h |

Pregunta. Además de la universidad, te encanta la fotografía, ¿puedes disparar el motivo?

Respuesta. Sí, me apasiona porque desde pequeña veía a mi padre sacar imágenes preciosas de niños de Granada, en blanco y negro, parecían de carboncillo.

P. ¿Cómo ves la universidad hoy, todavía en blanco y negro o en color?

R. La pública está mayor, es como un mamut, cuesta mucho cambiar mentalidades y, a veces, necesita una sacudida. A quien lleva 20 años haciendo las cosas igual hay que convencerle poco a poco, al final hay resultados pero con desgaste.

P. ¿Qué le daría color a esa imagen?

R. Necesitamos mucha savia joven para introducir nuevos proyectos y tecnologías. Apuesto por la internacionalización, pero hay mucha gente que es corta de miras. Mientras que en la privada se destinan recursos para clases en inglés, aquí hay mucho catetismo y recelo.

P. ¿En tu discurso de toma de posesión, te declarabas como ‘osada’, piensas igual hoy?

R. Lo importante es tener siempre el mismo criterio y no ponerse aquí o allá según corre el viento, al final se aprecia.

P. Sigues la estela de Mª José Faus, primera decana de Granada ¿imaginabas que podrías llegar donde estás?

R. En ese momento no lo sé. Me dio clase y me marcó, me encantaba su figura, una mujer que infunde tranquilidad, con claridad de ideas. Yo me miraba en ella.

P. Tras 3 años como decana ¿cómo es el balance de blancos?

R. Es más bien en negativo, he conseguido que no arda la facultad, que no se peleen, que no echen a alguien, es más una función de mediación. No hay una foto completa, sino pequeños negativos.

P. Entonces, ¿repetirás en el cargo?

R. Todavía quedan muchas cosas que hacer, pero conforme se acerque la fecha lo decidiré.

P. El zoom de la vida universitaria lo pondrías en…

R. Las actividades extraacadémicas, enriquecen al alumno más allá del estudio. He logrado que haya muchas, pero es difícil atraer los alumnos, si les dices que no hay clase porque viene un premio Nobel, se van al bar.

P. Un reflejo puede estropear una buena foto, ¿te molesta alguno?

R. La universidad está muy politizada. Es como hacer una foto a contraluz, a veces no se mueve por criterios puramente transparentes, intervienen otros aspectos que ensombrecen la imagen. La gente tiene miedo a ir a contracorriente.

R. Entre la decana y los alumnos hay mezclas de líquidos de revelado, ¿quién revela a quién?

R. Hay gente muy emprendedora y a mi me gustan los retos. Al que me pide algo, le animo y trato de ayudarle. Hay quien piensa que soy puntillosa y yo creo que hay que hacerlas cosas bien. Siempre digo a los estudiantes que saber lo que quieres ya es muchísimo. Que hay que empeñarse, buscar lo que te gusta y pelearlo hasta el final.

P. ¿Cómo es la foto fija de tu día a día?

R. Me levanto temprano y a las 7 me voy a nadar, al menos 3 veces por semana, a veces voy a misa a las 8. Voy a la facultad en moto y a las 9 llego al decanato. Ahí voy y vengo entre actos y reuniones. Eso sí, siempre como en casa, tengo 4 hijos y si nos vemos a las 9 de la noche, sólo saltan chispas. La comida es el momento que tenemos para reunirnos.

P. Profesora, investigadora, gestora y, además, madre, ¿de dónde sacas la energía?

R. Es que me hace ilusión todo. Me levanto por la mañana y todo lo que voy a hacer me gusta mucho. También hay momentos de bajón, pero me cuesta no entusiasmarme con cualquier reto.

Ana del Moral (Yecla, 1961) licenciada en Farmacia y doctora en Microbiología, iba para arquitecta. Es decana de la Facultad de Farmacia (2013)y miembro de la Academia Iberoamericana de Farmacia. Infatigable, aboga por la hiperactividad universitaria. Su padre, juez, le legó la pasión por la fotografía. Casada e inesperada madre de 4, pasó los 7 meses del primer embarazo en Alemania, de estancia de investigación. Le encanta navegar a vela en Castell de Ferro.