El Global Madrid | viernes, 06 de noviembre de 2015 h |

“Somos distintos, somos iguales”. Este lema es utilizado habitualmente en campañas sociales de lucha contra el racismo. Sin embargo, sin ánimo de diluir su valor original, el sector de oficinas de farmacia nacional podría hacer una adaptación particular del mismo para, añadiéndole ciertas coletillas, analizar la situación económica que viven estos establecimientos. Y es que las boticas nacionales son ‘distintas’ en facturación… Pero ‘iguales’ en gastos.

Los gastos fijos de una oficina de farmacia —con excepción a los relativos al personal—no entienden del tipo de establecimiento, su ubicación o su facturación. Ahora bien, no se puede decir lo mismo respecto a la facturación: la de una botica en situación de viabilidad económica comprometida (VEC) apenas constituye el 11,42 por ciento de una farmacia media tipo española. Así se refleja en el estudio ‘Análisis de gastos fijos en una oficina de farmacia’ elaborado por la Sociedad Española de Farmacia Rural (Sefar) en el que se denuncia, entre otras cuestiones, la “no existencia de proporcionalidad” entre los gastos fijos y los ingresos de la oficina de farmacia, lo que provoca que el rendimiento neto de una farmacia VEC sea muy inferior al del resto de establecimientos.

Al margen de los gastos de personal —en las farmacias VEC la plantilla suele componerse de un único farmacéutico, su titular— el análisis de Sefar incide en que las inversiones son semejantes en aspectos como cuotas colegiales, tasas, seguridad, material de oficina alquiler del local, etc. Especialmente “gravosos” son, a juicio de esta sociedad, los gastos adicionales asumidos en la implantación de la receta electrónica (informatización del local, adquisición de software, contratos de mantenimiento de equipos).

e-receta “insolidaria”

Sefar destaca que la llegada de la e-receta a las boticas VEC ha destacado por su “carestía” e “insolidaridad”. Por ejemplo, denuncian que se aplique una tarifa común para el pago de la conexión y la intranet colegial, en detrimento de atender a cuestiones como la facturación o el volumen de uso que, en función de las dispensaciones realizadas, se haga en cada botica.

Como ejemplo práctico, denuncian que una farmacia ubicada en un municipio de 300 habitantes, con un solo ordenador, que realiza 500 dispensaciones mensuales (contando con 3MB reales) le cuesta lo mismo la conexión y el uso de la intranet que a una farmacia que disponga de tres equipos informáticos, 10 MB reales y realice 400 dispensaciones/mes. Asimismo, Sefar avisa de nuevos gastos por venir que también deberá asumir la oficina de farmacia. En concreto, la adaptación de los diversos soportes de lectura de e-receta existentes en cada comunidad (chip, banda magnética) a la interoperabilidad de los modelos autonómicos.

Por estas y otras cuestiones detalladas en el informe, Sefar denuncia que determinados gastos que debe afrontar cualquier farmacia por levantar el cierre y atender al público “no presentan ninguna proporcionalidad respecto a la facturación de cada establecimiento”.

Por ello, esta sociedad científica aboga por la implantación de “mecanismos de solidaridad interna o medidascompensatorias que llegasen incluso a exenciones de gastos para las oficinas de farmacia cuya carga ya resulta inasumible suponiendo,además, un freno en la instauración de servicios profesionales.

La realidad de los números dice que, a juicio de este estudio para el que han cedido sus datos un total de 77 establecimientos, para cubrir unos gastos fijos de 1.230,89 euros al mes, una farmacia necesita facturar 4.411 euros para cubrirlos. De ahí en adelante, el rendimiento neto obtenido se emplearía para cubrir el resto de sus necesidades básicas.