Saray Pardo Madrid | viernes, 27 de abril de 2012 h |

Existen muchos datos que indican que los problemas de erección no solo afectan al bienestar y la calidad de vida del hombre y su pareja sino que, en muchas ocasiones, pueden ser una señal de alerta que informa de que existen otras patologías asociadas que aún no han sido diagnosticadas. Así pues, la disfunción eréctil (DE), no es solo un problema de salud sexual, es un síntoma centinela que puede ayudar al hombre y a los profesionales sanitarios a prevenir numerosas complicaciones tanto de tipo cardiovascular como metabólico.

Según Ana Puigvert, presidenta de la Asociación Española de Andrología (Asesa) “las principales comorbilidades que puede presentar un paciente que acude a consulta por un problema de erección son las que conllevan riesgo cardiovascular, por lo que es fundamental consultar al médico cuando se detectan las primeras dificultades de erección”.

En cuanto a la incidencia de la DE, según el estudio EDEM (Epidemiología de la Disfunción Eréctil Masculina), realizado en 2001 y en el que participaron 2.476 hombres, de entre 25 y 70 años, su prevalencia en España es de un 18,9 por ciento. “Hace diez años los estudios indicaban que unos cinco millones de hombres presentaban un problema de DE en España. De estos, solo un 10 por ciento acudía a la consulta de un especialista. Ahora creemos que la incidencia habrá aumentado, debido a la mayor esperanza de vida de la población. Además la crisis económica en la que nos encontramos inmersos en la actualidad influye en nuestro estado de ánimo. El primer órgano sexual es el cerebro“, comenta Puigvert.

Tres años para ir a consulta

Pero aunque la incidencia de la enfermedad es alta, algunos datos recientes sugieren que la mayoría de los hombres con disfunción no buscan tratamiento. Y eso a pesar de que la información de que dispone la opinión pública sobre esta y sus posibles implicaciones es cada vez mayor. “Los medios de comunicación nos han ayudado muchísimo a difundir el problema de la DE y otros trastornos de la actividad sexual en general”, señala. Y eso se nota porque, si hace 15 años los pacientes tardaban entre cinco u ocho años en acudir a la consulta de un especialista, hoy tardan menos, unos tres años.

“Esto quiere decir que informar es la mejor manera de prevenir”, afirma Puigvert. La DE es un sistema de alerta más del organismo que indica que algo está fallando. “Hoy no es ningún secreto que las dificultades de erección pueden ser la punta del iceberg, una señal de alarma sobre algún problema de salud. Ante cualquier duda, mi recomendación es consultar siempre al médico”, afirma.

En cuanto a las novedades en su tratamiento, desde hace algún tiempo se encuentra disponible en nuestro país el primero que, comercializado en una dosis única de 10 mg y administrado a demanda, está disponible en una formulación bucodispersable. Esta nueva presentación de Bayer para el tratamiento de las dificultades de erección tiene sabor a menta y se disuelve en la boca en segundos sin necesidad de tomar agua, proporcionado a los hombres con DE un tratamiento más flexible, cómodo y discreto. De esta manera, esta nueva opción terapéutica ha conseguido aportar mayor espontaneidad a las relaciones sexuales.

Sobre ella, la presidenta de Asesa comenta “hemos realizado una revisión de los primeros 120 pacientes a los que les recetamos esta nueva presentación bucodispersable y hemos visto una gran aceptación y una impresionante facilidad en la toma. La medicina sexual requiere de mucha discreción en cuanto a consulta y toma de medicamentos, y éste es muy discreto. Otros aspectos que han destacado son la eficacia y la rapidez. Sin ninguna duda responde a las expectativas y abre un abanico muy grande para poder atender pacientes con problemas de DE”, concluye.