Edelmiro Menéndez Torre Presidente de la Sociedad Española de Diabetes | miércoles, 23 de marzo de 2016 h |

Desde la aparición en los años 70 del pasado siglo de los primeros sistemas de medición de la glucemia capilar y poco después de los primeros dispositivos de infusión continua de insulina ,se han producido continuos avances tecnológicos que han cambiado la forma en que las personas con diabetes y sus cuidadores controlan esta enfermedad.

Durante muchos años la determinación de la glucemia se obtenía en medidores de glucosa tras punción digital y obtención de sangre capilar. Esta estrategia permite el ajuste de la dosis necesaria de insulina, pero para ello se requieren un mínimo de 4 punciones diarias y a pesar de ello se sigue desconociendo cuales son los niveles de glucosa en sangre durante la mayor parte del día.

En los últimos años se han desarrollado sistemas de medición continua o casi continua de glucosa mediante sensores que miden la concentración de glucosa en líquido intersticial del tejido subcutáneo cada minuto o cada pocos minutos. La glucosa intersticial es un fiel reflejo de la glucemia con un leve retraso temporal. Estos sensores implantados subcutáneamente tienen una duración cada vez mayor, en la actualidad de al menos 15 días, por lo que no es necesario más que una punción cada 2 semanas.

Los sensores continuos de glucosa transmiten los resultados de forma inalámbrica a un receptor que almacena y procesa todos los valores por lo que nos puede proporcionar y de hecho nos proporciona no solo los valores momentáneos sino también la tendencia de la glucemia, ascendente o descendente a mayor o menor velocidad, información fundamental para prevenir hipo o hiperglucemias.

Estos sensores continuos aportan por tanto una información valiosísima para aquellas personas con diabetes con conocimientos y habilidades para modificar su tratamiento, que ha conseguido mediante una educación terapéutica profesional en diabetes y diversos estudios han demostrado que de esta forma pueden conseguir un mejor control glucémico con menos episodios de hiper e hipoglucemias , además de observarse una mejoría sustancial de la calidad de vida.

En los casos de niños con diabetes , cuya actividad puede ser imprevisible estos beneficios son más obvios proporcionando a los padres una tranquilidad de la que antes carecían.

Por otra parte la información almacenada en el receptor puede ser analizada mediante software específico por parte de los profesionales sanitarios constituyendo una ayuda inestimable para el ajuste terapéutico por su parte.

Los sensores continuos son además uno de los pilares del ansiado páncreas artificial del que ya podemos disponer en sus versiones iniciales. Estos sensores conectados a los infusores continuos de insulina utilizados ya por muchos pacientes con diabetes tipo 1, consiguen regular la infusión de insulina evitando que puedan producirse hipoglucemias.

En resumen los nuevos métodos de medición de glucosa en líquido intersticial nos proporcionan los resultados de glucemia de una forma casi continua , minuto a minuto, sin necesidad de las frecuentes punciones digitales. Nos aportan información predictiva, lo que hace disminuir el riesgo de hipoglucemias, y mejoran el control metabólico así como la calidad de vida. Aunque su coste sea mayor que el actual sistema de automonitorización en sangre capilar con tiras reactivas y glucómetros, sus claras ventajas hacen muy aconsejable, casi imprescindible, su utilización por aquellas personas con diabetes en tratamiento con insulina en pautas complejas a las que se les recomiende autocontrol y creo que deberían ser financiados por el SNS.

Aunque su coste sea mayor que los sistemas actuales,
sus ventajas hacen aconsejable su uso