M. G. Madrid | viernes, 08 de julio de 2016 h |

Frente a todo pronóstico la presentación del ‘Informe Asebio 2015’ se convirtió en un unánime alegato por la necesidad de alcanzar un pacto de Estado en biotecnología y ciencia. Tras el ofrecimiento de los datos en el CSIC, se celebraron dos mesas redondas. En la primera, integrada por los representantes de la industria, se abogó por la promoción de la innovación y el desarrollo de la biotecnología, que en esta fechas viven un cambio de paradigma fruto del avance en los tiempos de los ensayos clínicos y en el abordaje de enfermedades con nuevas indicaciones terapéuticas.

También se destacó la necesidad de que el sector se convierta en un aliado de la Administración pública y se destacó que la industria y el sector tienen un problema de comunicación de sus resultados en salud. Es en ese momento cuando se reveló lo esencial de implementar un ‘Plan Nacional en Biotecnología’, que venga auspiciado por un pacto de Estado.

Del mismo modo sucedió en la segunda mesa, en la que estuvieron representantes de los cuatro partidos políticos más votados en las pasadas elecciones generales. Tras los habituales reproches entre formaciones políticas se observó un esperanzador espejismo sobre lo que debería ser la política, al constatarse un total consenso entre los representantes políticos en la necesidad de implementar y erigir un Plan Nacional en Biotecnología, que viniera precedido de un pacto de Estado lo más amplio posible.

Aliada de un sistema generoso

Por su parte, Jordi Martí, presidente de Asebio, destacó que el principal beneficiario de un desarrollo de la biotecnología sería la ciudadanía, que se convertiría aún más en un colaborador capital para el SNS. “Nuestro sistema es de los más generosos del mundo. Y precisamente por eso, necesita y se merece la colaboración de todos”, exhortó.

En lo relativo a los datos del ‘Informe Asebio 2015’ el sector biotecnológico — alimentación, salud humana y animal, industria, agricultura y medio ambiente — facturó por primera vez 107.788 millones de euros en 2014, representando un 10,35 por ciento del PIB español. Lo que supone un hito histórico gracias al crecimiento de un 13,28 por ciento en cifra de negocio respecto al año anterior.

Otro de los puntos de especial interés para la industria farmacéutica reside en la distribución sectorial. Las empresas estrictamente biotecnológicas facturaron unos 7.600 millones de euros y el 61,9 por ciento de esas compañías son de salud humana. El estudio también revela que globalmente el sector creció en parámetros laborales un 2,91 por ciento, hasta los 178.000 empleos. Mientras que la inversión interna en I+D volvió a la senda del crecimiento en 2014 al alcanzar los 533,8 millones de euros, lo que implica un 3,75 por ciento más. En el otro extremo se sitúa la caída de un 7,27 por ciento en la publicación de patentes, hasta un total de 905.