J. R-T. Madrid | viernes, 30 de enero de 2015 h |

La presente década es la gran oportunidad para el desarrollo y su introducción en el mercado de los medicamentos biosimilares. Durante la jornada Presente y Futuro de los biosimilares: visión multidisciplinar’, organizada por EG, Gaceta Médica, la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) e IMS Health, Miguel Martínez, director de desarrollo de la consultora, aseguró que “antes de que acabe la década varios medicamentos biológicos perderán su patente y liberarán 1.500 millones de euros en el mercado hospitalario”. El camino para acaparar este mercado, según Martínez, va a estar sometido “a tensiones en direcciones opuestas y es difícil saber hacia dónde se decantará la balanza”.

Según IMS, los vientos en contra para los biosimilares son la lenta adopción del clínico y paciente, la gran inversión necesaria para desarrollar estos fármacos (que puede alcanzar los 150 millones de euros) y la falta de un marco estable que tranquilice al sector. En el extremo opuesto, la fuerza de las políticas de contención del gasto, la influencia de los pagadores en la prescripción y un posible desarrollo de un marco estable serían los factores que jugarían a favor de los medicamentos biosimilares.

Para intentar arrojar algo de luz al futuro a corto y medio plazo, Martínez hizo un análisis sobre tres biosimilares que ya están en el mercado en los últimos cinco años: filgrastim, EPO y somatropin. Si bien la evolución de estos tres fármacos ha sido diferente, existe un punto en común, “la entrada de la Orden de Precios de Referencia de finales de 2011 disparó la penetración del biosimilar”. De hecho, en el caso de filgrastim, su presencia en el mercado en diciembre de 2011 era del 35 por ciento y en un año se situó en el 70 por ciento. De igual forma, en el mismo periodo, la EPO creció del 11 al 29 por ciento, mientras que el somatropin hizo lo propio desde el 9 al 20 por ciento.

Sin embargo, tanto Martínez como Álvaro Hidalgo, profesor de Fundamentos y Análisis Económico de la Universidad de Castilla- La Mancha, coincidieron en que los ahorros que proporcionaran estos medicamentos no podrán asemejarse al causado por la entrada de los fármacos genéricos. “En un escenario favorable, entre 2007 y 2020, los ahorros podrán alcanzar los 33,4 millones de euros, si bien es cierto que el escenario más pesimista habla de 11,8”, aseguró Hidalgo.

Otro punto en común entre los dos analistas es la necesidad de apostar por estos fármacos para favorecer la entrada de las innovaciones terapéuticas que vayan apareciendo. Según Martínez, “habrá que incentivar al biosimilar para que se haga con una cuota de mercado, ya sea asegurando una cuota mínima o un diferencial de precio”. Por su parte, Hidalgo aseguró que aportarán valor al SNS por la reducción de precios y la consecuente democratización en el acceso. “Vendrá bien, aunque no es la panacea ya que reducirán el precio entre un 15 y un 20 por ciento”, finalizó.

Belén Crespo, directora de la Aemps

Los requisitos que se exigen para los biosimilares en términos de calidad son superiores a los que se le piden al medicamento de referencia”

José Luis Poveda, presidente de la SEFH

El farmacéutico de hospital no sustituye a su antojo si no que participa en la elaboración de una guía de actuación farmacoterapéutica”

Fernando de Mora, profesor de farmacología de la UAB

Dos interferones beta originales no aguantarían los exámenes de comparabilidad que se le exigen a los medicamentos biosimilares”

Miguel Martínez, director de desarrollo de IMS Health

En 2020 se habrán liberado las patentes de varios biológicos que facturan unos 1.500 millones de euros en el mercado hospitalario”