| viernes, 30 de octubre de 2015 h |

“El objetivo de lograr una mayor eficiencia no puede traducirse en sacrificar todo”. Así de contundente se mostró el abogado y vicepresidente de la Asociación Española de Derecho Sanitario, Julio Sánchez Fierro, durante la presentación del informe ‘Priorización de recursos en el SNS: el caso de la inversión en Onco-Hematología, coordinado por el Instituto Roche y que advierte, entre otras cosas, de las dificultades que tienen muchos pacientes para acceder a terapias innovadoras. Aquí, Sánchez Fierro destacó los problemas de acceso a los que se enfrentan los pacientes, sobre todo, por las diferencias que se aprecian entre comunidades autónomas. “Existe un gran problema de coordinación a nivel de las comunidades autónomas con iniciativas dispersas que llevan a una situación de confusión y se traducen en problemas tanto para clínicos, como para pacientes”, señaló.

En este sentido, el también vicepresidente del Consejo Asesor del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, puso como ejemplo las reevaluaciones que se realizan a los Informes de Posicionamiento Terapéutico emitidos por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps). “La desconfianza existente hacia la innovación hace que se ponga en cuestión la evaluación realizada por la Aemps. Apelar a la evidencia científica cuando la Aemps ya ha realizado una autorización es sorprendente”, puntualizó. Todo ello, aseveró, se traduce en desigualdades para el paciente.

Por todo ello, Sánchez Fierro llamó a la la adopción de un gran pacto por la innovación, que cuente con compromiso político e institucional para establecer una política a medio y largo plazo para todo el Sistema Nacional de Salud en materia de innovación. Un pacto, dijo, que deje a un lado la cultura del gasto para dar paso a la cultura de la inversión, en el que se fundamente un marco regulatorio y financiero estable y predecible. En este sentido, insistió en la idea de que el SNS, “no debe centrarse en obtener beneficios económicos, sino resultados en salud”. Así, alertó de que la asuencia de este marco estable, “tiene negativas consecuencias para las inversiones en proyectos de investigación y para la calidad asistencial”.

Precisamente en el informe coordinado por el Instituto Roche se constata que la incoporación de la innovación a la cartera de servicios no suele ser percibida como un avance, sino como un problema por los mayores costes iniciales. “Esto implica dar de lado los resultados en salud y no considerar que con estos tratamientos innovadores se producirá, por ejemplo, la reducción de costes asistenciales por ingresos y reingresos hospitalarios”, señala Sánchez Fierro.

Colaboración abierta

Por su parte, Jesús García- Foncillas, director del Instituto Oncológico de la Fundación Jiménez Díaz, llamó la atención ante la necesidad de crear una colaboración más abierta entre las administraciones y la industria farmacéutica para lograr avanzar hacia una medicina de precisión. “No basta con dar porcentajes, necesitamos biomarcadores, avanzar hacia una medicina más personalizada y para eso se necesita un gran pacto que involucre a Gobierno, comunidades autónomas, industria, profesionales y pacientes”, puntualizó.

Aquí, García-Foncillas llamó la atención sobre los nuevos modelos de financiación, como es el caso del riesgo compartido. En este sentido llamó la atención ante la necesidad de desarrollar estos modelos de colaboración.

Por último, el vicepresidente del Instituto Roche, Federico Plaza explicó que la “la determinación de la financiación de las innovaciones y la fijación de su precio es una tarea cada vez más compleja. Una clave importante es explicar a la sociedad en función de que variables se toman estas decisiones”.