carlos b. rodríguez Vitoria | viernes, 05 de abril de 2013 h |

No gastar lo que no se tiene. Esa es la filosofía que el Gobierno vasco ha aplicado en la elaboración de sus presupuestos para 2013. El proyecto pretende salvaguardar la Sanidad con un recorte del 4,2 por ciento, frente al 10,8 del proyecto global, y lo hace con la intención de generar en la población la pedagogía de que no siempre un mayor gasto supone una mayor calidad. El consejero vasco de Salud, Jon Darpon, tiene claro qué partidas se ven afectadas por esta interpretación. Para 2013, el presupuesto de Osakidetza, el Servicio Vasco de Salud, cae un 1,5 por ciento y lo hace fundamentalmente a expensas de la farmacia.

Ante la Comisión de Presupuestos del Parlamento vasco, Darpon explicó que esta decisión es una apuesta “continuista” del nuevo gobierno regional. Tirando de hemeroteca, recordó que durante los años de bonanza económica (entre 2002 y 2006) el presupuesto creció y lo hizo fundamentalmente en Farmacia y Personal, si bien la tendencia cambió a partir de 2009.

No obstante, y a diferencia de lo que ocurrió desde entonces y de lo que se ha aprobado en casi todas las demás comunidades autónomas, este año la consejería de Salud del País Vasco subirá los gastos de personal un 0,13 por ciento. De hecho, es la única partida del Departamento de Salud que crece pese a que, según resalta el consejero, se le dedica el 70 por ciento del presupuesto de Osakidetza.

Gasto excesivo

No ocurre lo mismo con Farmacia. El presupuesto para recetas médicas asignado por la consejería de Sanidad asciende a_569,5 millones de euros, lo que supone un recorte del 8 por ciento. Esta partida representa un 16,6 por ciento de los presupuestos sanitarios regionales para 2013, pero solo es una parte de los gastos que genera el consumo farmacéutico. Sumando a la cifra de recetas el coste relativo a la farmacia hospitalaria, y pese a que esta partida baja en el proyecto de 2013 un 4,5 por ciento, el País Vasco está gastando el 22 por ciento de su presupuesto sanitario (uno de cada cuatro euros) en medicamentos, un gasto que el consejero califica de “excesivamente alto para la contribución de esa misma farmacia a la salud de la población”.

Esta idea forma parte de su intención de educar a la población para desmitificar el vínculo entre mayor gasto y mayor calidad. “Estoy seguro que la farmacia se puede bajar y que esto no supone una merma para la población. Y estoy seguro que el resto de sistemas sanitarios tienen unos gastos de farmacia completamente asimétricos. Por lo tanto, no hay una relación directa entre gasto de farmacia y salud”, dijo.

Entre las medidas a aplicar, Darpon explicó que continuará aplicando iniciativas orientadas a potenciar la prescripción por principio activo y aumentar la prescripción de genéricos. Además, en el presupuesto también se han contemplado la entrada el pasado año de los nuevos precios de referencia, las mejoras de precios que se esperan obtener con la política de compras y una actualización (está aún por desarrollar) del vademécum corporativo.

Según Darpon, estas medidas bastarán para conseguir los objetivos de reducción en gasto farmacéutico. “Y creo que si bajara algo más, no sería yo el que diría que está mal gestionado”, añadió.

Lo único que no contempla el presupuesto en Farmacia es el efecto de la posible aplicación del incremento del copago farmacéutico por renta, dado que la comunidad está a la espera de. Si el Tribunal Constitucional obliga a aplicar el copago, el Ejecutivo regional lo acatará, aunque no lo comparta. “No creemos que en los términos en que está planteado sea la solución a la financiación del sistema sanitario”, explicó Darpon, para quien el copago farmacéutico por renta solo está generando “demagogia, alarma social, enfrentamiento y ninguna ayuda”.