carmen M. lópez Madrid | lunes, 15 de diciembre de 2014 h |

Coordinar y distribuir la medicación desde un servicio a varios centros sanitarios de una misma región es la labor que desempeña el servicio de Farmacia del Hospital Can Misses en Ibiza. El hospital pertenece a una gerencia única de área, de este modo gestiona no sólo a nivel clínico sino económico dos hospitales de atención especializada; Can Misses y Formentera; dos centros Sociosanitarios (CSs); el Hospital Residencia Asistida Cas Serres y la Residencia geriátrica Can Blai y dispensa medicación a los Centros de Atención Primaria del Área de Salud. Precisamente, el encargado de llevar a cabo esta dispensación es el servicio de Farmacia del hospital ibicenco. Tal y como explica su responsable, Esperanza Estaun, el departamento compra, recepciona y distribuye la medicación a estos centros a través de un Catálogo Único de Medicación. Mediante una Comisión de Farmacia con vocales de los tres hospitales y un farmacéutico de primaria, el servicio va desarrollando su actividad. Además, Estaun explica que gestionan un único programa de prescripción electrónica para los pacientes ingresados en los diferentes centros hospitalarios. “Algo que permite trabajar en red, favoreciendo la conciliación entre los tratamientos”, comenta Estaun.

Así, gracias a esta guía farmacoterapéutica es posible la elección de medicamentos más coste-efectivos y la creación de protocolos de intercambio terapéutico en el caso de los centros sociosanitarios. Además, hay que tener en cuenta que la financiación pública de la prestación farmacéutica en estos centros, cuando el paciente tiene derecho a ella, es independiente a la titularidad, pública o privada.

Coordinación asistencial

Esta coordinación entre los distintos niveles asistenciales permite, no sólo al servicio, sino a todo el área “abarcar una visión más amplia de las distintas direcciones e impulsar una mayor interrelación y cooperación con otras organizaciones que no necesariamente son hospitalarias”, explica la experta, quién considera que el valor añadido del servicio reside en que se gestiona clínica y económicamente la medicación que se consume.

Este trabajo de conexión entre unos y otros es el que se encarga de hacer Estaun. Además de la dispensación, el departamento se centra en validar las prescripciones médicas de los pacientes atendidos, garantizando el uso racional del medicamento con criterios de eficacia. Así, reconoce que trabajar de modo transversal con otros niveles asistenciales de distintos centros, garantiza que el uso que se hace de los medicamentos es seguro, eficaz y eficiente. “Evitamos duplicidades terapéuticas y disminuimos el margen de los errores en la medicación”, explica.

Por otra parte, el servicio cuenta con dos unidades especializadas; una para los pacientes que van a recibir el alta y deben tomar medicamentos en los días posteriores y otra unidad donde se hace entrega de los fármacos a pacientes extrahospitalarios pero que necesitan medicación de diagnóstico hospitalario y por tanto, no pueden adquirirla en las farmacias. En esta unidad se encuentran los enfermos de VIH, espondilitis anquilosante, enfermedad de crohn, fibrosis quística, esclerosis múltiple, hepatitis B y C así como los que se someten a determinados tratamientos de fertilidad. Estas dos áreas se centran en la identificación de interacciones farmacológicas y velan por la conciliación entre los medicamentos. Se trata de la Unidad de Atención Farmacéutica al Alta y la de Consultas Externas.

Renovación tecnológica

Con toda esta organización a nivel territorial, en las últimas semanas, el departamento ha vivido una renovación tecnológica consecuencia de su traslado a un nuevo centro. En este sentido, el servicio de farmacia acaba de estrenar un dispensador automatizado de medicamentos que permitirá a los profesionales dedicar más tiempo a explicar a los pacientes los tratamientos y revisar las prescripciones. El armario cuenta con 255 referencias. Además, están establecidos unos mínimos y un máximos, de tal modo que por la mañana, se revisa y, si algún fármaco está bajo mínimos, el propio sistema avisa. Estaun reconoce que a pesar de que aún están en fase de adaptación, el sistema les facilitará la actividad diaria tanto clínica como económica. Con esta dotación, la farmacéutica insiste en que el trabajo será más eficiente y ágil y será más fácil gestionar los stocks. Estos armarios estarán presentes en diferentes áreas como cirugía, urgencias, UCI, psiquiatría, etc., de modo que, “ligados a la prescripción será posible trabajar a nivel consumo y por tanto, con cantidades más reales”, comenta. Este servicio además de dispensar a determinados pacientes medicamentos que no se pueden conseguir en España porque no se comercializan, se encarga de entregar los fármacos de ensayos clínicos. Además, en su firme apuesta por la innovación el nuevo hospital pondrá en marcha una consulta de dispensación rápida, que acortará la espera de a los pacientes.

Los farmacéuticos de hospital continúan recordando el importante rol que pueden jugar en los centros sociosanitarios y siguen ofreciéndose para asumir la atención a los pacientes residentes en ellos. Ya lo hicieron hace unos meses cuando la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) presentó una propuesta de prestación farmacéutica especializada en centros sociosanitarios que aseguraba que mediante la integración de estos profesionales en los equipos de las residencias se pueden generar ahorros económicos del 40 por ciento.

En este sentido, el Hospital Can Misses es un ejemplo de que la integración del farmacéutico de hospital en centros sociosanitarios mejora la eficiencia, la seguridad y los resultados en salud, cubriendo de este modo una prestación farmacéutica cada vez más necesaria en un grupo de población que está aumentando y que, por sus características, tiene mayor riesgo de sufrir eventos adversos y otros problemas relacionados con los medicamentos.

Asimismo, el ahorro total se concreta a tenor de que el farmacéutico de hospital puede realizar una atención directa al paciente con el seguimiento y adecuación del tratamiento, lo que a largo plazo evitaría derivaciones e ingresos hospitalarios. En este sentido, los expertos apuestan porque el profesional desarrolle un sistema de gestión farmacoterapéutica basado en la evaluación y selección de medicamentos y de dispensación en dosis unitarias individualizadas, además de quedar integrado en el equipo asistencial para colaborar de pleno en el cuidado del paciente, trabajando directamente en el uso racional de los medicamentos.