¿Mejorable? Así es la valoración que deja entrever la Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha sobre el papel de sus farmacéuticos en la atención a centros sociosanitarios (eso sí, sin culpar expresamente de ello a dichos profesionales). Para esta visión se basan en los resultados de un Plan de Inspección puesto en marcha por esta consejería por el que se ha evaluado la asistencia farmacéutica en más de 100 residencias regionales y que ha constatado que “es necesaria una mayor intervención del farmacéutico en la propia residencia, en colaboración con los profesionales que trabajan en el centro”, según indicó su director general de Planificación, Ordenación e Inspección, Javier Hernández, en una reciente jornada sobre ‘Atención farmacéutica a las personas mayores en el ámbito residencial’.
En dicho encuentro, Hernández concretó que las inspecciones tenían por objetivo “evaluar que la asistencia farmacéutica se presta en las condiciones de calidad y seguridad requeridas”. Respecto a esa “mayor colaboración” del farmacéutico con otros profesionales del centro, el representante de la consejería manchega cree que uno de los inmediatos resultados sería “poder racionalizar y utilizar de manera más adecuada el uso de los medicamentos por los residentes, aumentando así la seguridad de los mismos y la calidad asistencial”.
