Alberto Cornejo Madrid | viernes, 21 de septiembre de 2018 h |

Quizás hayan escuchado alguna vez, de manera especial en la franja norte de España —donde bien saben de climatología adversa—, un dicho popular que asegura que “nunca llovió que no escampara”. Un mensaje en clave positiva que puede aplicarse a la situación vivida por las farmacias respecto a su papel en la prestación a centros sociosanitarios. Y es que, aunque en un sector tan cambiante como éste nunca se sabe cuándo puede volver a ‘llover’, sí parece que tras unos recientes tiempos de tempestad ahora reina cierta calma.

“Aragón acrecienta el annus horribilis de la farmacia en la prestación a residencias”. Este titular podía leerse en EG hace apenas doce meses, en agosto de 2017. En la noticia a la que daba pie se informaba de la intención del Gobierno aragonés de desarrollar un nuevo modelo por el cual las farmacias tendrían limitado dar servicio únicamente a los centros de menos de 50 camas.

No podía decirse que pillasen por sorpresa estas intenciones. Aragón se alineaba con la tendencia observada en otras regiones —Andalucía, País Vasco, Navarra, Comunidad Valenciana, etc.— que, en mayor o menor grado, con proyectos en germen o modelos ya implantados, apostaban por ‘sobrexcederse’ de lo estipulado en el RDL 16/2012 y centralizar esta prestación en la farmacia hospitalaria. Para las farmacias apenas quedaban, en el mejor de los casos, las migajas.

No obstante, todo ha dado un vuelco. Empezando por la propia Aragón. Tras las alegaciones y negociaciones iniciadas por sus colegios farmacéuticos, la tramitación del decreto regional que regularía la atención farmacéutica en estos centros sociosanitarios parece haber quedado paralizado sine die.

Pasos atrás de Andalucía y Valencia

También es de rabiosa actualidad la situación vivida en Comunidad Valenciana tras la paralización del polémico proyecto original de Resi-EQIfar y la propuesta de un nuevo modelo —aún en pañales— que se pliega al citado 16/2012. Así, se reconoce la posibilidad de que las farmacias participen en el servicio a centros de menos de cien camas.

Cabe recordar que Resi-EQIfar estaba diseñado para que, a partir de 2018, desde una única plataforma logística —anexa al Hospital La Fe— se preparasen y distribuyesen 385.000 dosis diarias individualizadas a cerca de 28.000 pacientes de todos los centros sociosanitarios (350) de la región. Sin embargo, tras la llegada en junio de un nuevo equipo a la Consejería, se paralizó su expansión ante las “dudas sobre las garantías del servicio”, se dijo.

Igualmente, los reconocidos problemas para llevar la teoría a la práctica su nuevo modelo de prestación a residencias (por el cual todas las residencias de más de 50 camas eran abastecidas por la FH) provocó que la Junta de Andalucía tomase la decisión en julio de 2017 de paralizar su implantación sobre el terreno y elaborar un nuevo decreto que sustituyese al originario de diciembre de 2016. Esta opción ha pasado ahora a ser obligatoria dado que los tribunales han tumbado esta normativa por “invadir competencias del Estado”.

Así las cosas, de estos nuevos modelos surgidos en los últimos años por los que se daba más protagonismo a los servicios de Farmacia en detrimento de la botica, solo Navarra mantiene el suyo como fue planteado en origen. En su caso, en julio de 2017 inauguraba su nueva Unidad Externa de Farmacia desde la que se presta servicio a todas las residencias de titularidad gubernamental y/o pública de Navarra, e independientemente del número de plazas. Mientras, las boticas solo pueden servir a las privadas.

Confianza de País Vasco y Castilla y León

Cara al futuro, parece que las boticas van a mantener cierto protagonismo en aquellos nuevos modelos en los que ya trabajan otras regiones. Al menos, a tenor de los mensajes de sus Consejerías.

Por ejemplo, País Vasco ya presentó un borrador de nuevo decreto en 2016 por el cual todas las residencias de públicas quedarían vinculadas a la FH. Las privadas podrían decidir si hacer lo propio o quedar ligadas a una farmacia. Tras recibir alegaciones, el Gobierno vasco dejó en stand by su tramitación. Ahora, más de dos años después, el director de Farmacia, Iñaki Betolaza, confirma a EG que se ha retomado el proyecto “manteniendo su contenido y espíritu, y solo con ciertos cambios de redacción en el texto”.

Sus previsiones pasan porque pueda ser debatido en el Parlamento regional de forma inminente. Eso sí, Betolaza confirma el deseo de “seguir contando con las farmacias no solo en aquellas residencias que estén vinculadas a una botica, sino también en aquellas que dependan del Servicio Vasco de Salud”.

También Castilla y León se encuentra inmersa en un proceso de desarrollo de un nuevo marco normativo para la prestación en centros sociosanitarios en el que se quiere contar con las farmacias para servir a las de menos de cien plazas, “con el condicionante de estar en la misma zona farmacéutica”, indica su director general de Salud Pública, Agustín Álvarez.

En Cataluña se busca un modelo “de proximidad”

Cataluña es otra de las CC.AA que, como País Vasco y Castilla y León, se encuentra actualmente trabajando en un nuevo modelo de prestación a residencias, dentro de su nueva estrategia de Atención Sanitaria Integral. En este sentido, Antoni Torres, presidente de la patronal farmacéutica de Cataluña Fefac, valora que “a diferencia de otras regiones, el Catsalut no ha impuesto de partida un modelo sino que pretende buscar el consenso con las partes”. Para ello, el Catsalut ha creado una comisión de trabajo en el que debatirlo entre todos los actores implicados. Por parte de la farmacia, se está defendiendo la necesidad de estar basado en un “servicio de proximidad” que aporta la botica. “Es esencial que la prestación sea asumida por las farmacias, y dentro de eso, en un entorno de proximidad al centro”, opina Torres.