Alberto Cornejo Madrid | viernes, 29 de junio de 2018 h |

Se dice que hubo un tiempo en el que una ardilla podía cruzar la Península saltando de árbol en árbol. Una aseveración cuyo análisis científico la acabó situando más en el lado del mito que en la realidad. En cambio, sí lo es que hubo un tiempo, y menos remoto, en el que un paciente podía cruzar España (islas incluidas) pudiendo escoger entre cerca de 22.000 farmacias —alguna menos por entonces— dónde retirar su medicación. Bastaba con llevar consigo la prescripción en papel; una ventaja de la que no dispone con la llegada de la receta electrónica en este siglo XXI… Ni de la que dispondrá otro verano más, en la época por excelencia de desplazamientos durante el disfrute de las vacaciones.

El 25 de junio Baleares anunciaba su incorporación efectiva al proyecto de interoperabilidad de receta electrónica del SNS junto a las 13 regiones que ya formaban parte de él. Así, los residentes en todas ellas pueden beneficiarse de poder retirar su medicación en cualquiera de las otras (ver gráfico) con la mera presentación de la tarjeta sanitaria. En especial, aquellos pacientes crónicos que se ven en la necesidad de renovar tratamientos de forma periódica. De paso, la inclusión de Baleares en el proyecto permite superar el 50 por ciento de la red de farmacias (11.446 establecimientos) que pueden dispensar e-recetas interoperables.

Es notorio el retraso que acumula la completa interoperabilidad de los sistemas autonómicos de receta electrónica, desde aquel ‘olvidado’ decreto que lo establecía como obligatorio antes del 1 de enero de 2012. Desde la visión optimista puede defenderse que ya solo quedan tres regiones —Andalucía, Comunidad de Madrid y Cataluña, junto a las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla— en poder emitir y dispensar recetas interoperables.

Pero las cifras también cuentan con su ‘cara B’. En concreto, la que indica que esas 14 CC.AA. interoperables ni siquiera abarcan la mitad del censo poblacional en España (48 por ciento), por lo que solo uno de cada dos pacientes (22,5 millones) tendrá la oportunidad de retirar sus tratamientos fuera de su residencia este verano. Solo en caso de viajar a regiones interoperables, conviene recordar.

La situación es más gravosa dado que, como reflejaba un informe de EG, la interoperabilidad alcanzaba al 38 por ciento de los españoles en el inicio del periodo estival de 2017. Un año después, el porcentaje ha crecido apenas 10 puntos pese a incorporarse cinco regiones desde entonces: Murcia, Asturias, Cantabria, País Vasco y Baleares.

Cataluña, para “mitad de julio”

Ese contraste se debe a que las ultimas regiones en incorporarse son, precisamente, las que más población y cifra de farmacias aportan a España.

De esta terna, la siguiente en incorporarse a la interoperabilidad podría ser Cataluña. Si bien su modelo de e-receta ya está validado por el Ministerio de Sanidad desde febrero, los cálculos expuestos a EG desde el Consejo Catalán de COF apuntan a “mediados de julio” como fecha para que la totalidad de la red de farmacias catalanas pueda ser interoperable. A partir de la semana que viene las farmacias irán actualizando sus programas de gestión para este paso.

También en Andalucía se confía en que la interoperabilidad de su modelo de receta electrónica (Receta XXI) con el resto de España pueda estar activa “a lo largo del verano”. En su caso, según informan a EG desde el Servicio Andaluz de Salud, ya se han terminado las pruebas de rendimiento y la preparación del pilotaje “real”, que implicará durante varias semanas a 50 farmacias regionales “tras lo cual se extenderá a todo Andalucía”, estiman.

Mientras, en Madrid las previsiones son menos cortoplacistas. “Finalizaremos la interoperabilidad de la e-receta después del verano. Hemos sido muy escrupulosos en la colaboración entre profesionales sanitarios y esa es la clave de la tardanza, pero será bien acogida”, apuntaba José Antonio Alonso, director general de Sistemas de Información Sanitaria de la Consejería de Sanidad en una reciente intervención en la Comisión de Sanidad de la Asamblea regional.

Nuevas funcionalidades de la ‘e-receita’ gallega

De forma paralela a los trabajos que realizan las Administraciones regionales y colegios farmacéuticos en adaptar sus modelos de receta electrónica a la conexión con el resto de sistemas y módulo del Ministerio para facilitar la interoperabilidad, también se añaden nuevas funcionalidades a los mismos. En el caso de Galicia — que se convirtió en región interoperable en marzo de 2017—, desde el pasado 14 de junio el sistema de e-receita muestra un aviso al farmacéutico cuando se trata de la primera prescripción de un medicamento al paciente, a fin de facilitar la dispensación activa por parte del profesional: información sobre cómo tomarlo, precauciones, recomendaciones de conservación, etc. Igualmente, esta alerta en los ordenadores también saltará para aquellos medicamentos de los que no quedan más recetas activas. ”Supone un antes y un después en la receta electrónica de Galicia. La marca de la primera prescripción se solicitó en el año 2012 cuando quisimos desarrollar un programa de dispensación activa para las farmacias de Pontevedra, que no se pudo llevar a cabo porque para ello era necesario que el farmacéutico conociera qué medicamentos se le prescribían al paciente por primera vez, cosa imposible en aquel momento”, indica la presidenta colegial, Alba Soutelo. En septiembre de 2017 el secretario general de la Consejería de Sanidad se comprometió a realizarlo.