ENRIQUE CAMPILLO Madrid | viernes, 29 de septiembre de 2017 h |

Madrid albergó, los pasados días 26 y 27 de septiembre, la segunda reunión anual del Grupo de Farmacia Oncológica (Gedefo) de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH). Una cita a la que asistieron 150 farmacéuticos de hospital con la vista puesta en el paciente oncohematológico, los biosimilares y la humanización.

El encargado de la inauguración fue el presidente de la Sociedad, Miguel Ángel Calleja junto a Irene Mangues, coordinadora nacional de Gedefo y Chow-Man Chie, vicepresidenta de BOPA (British Oncology Pharmacy Association), quién hizo un repaso por el modelo de farmacia oncológica en el Reino Unido.

“Estamos en un momento histórico gracias a la innovación terapéutica con los medicamentos que cada vez son más eficaces y gracias a la aparición de biosimilares que nos van a permitir reinvertir el presupuesto de los hospitales a esta innovación”, apuntaba Calleja al asegurar que la farmacia hospitalaria también ha apoyado siempre la humanización en el proceso de atención al paciente.

Calleja reflejaba que “desde el ministerio nos piden que como sociedad científica seamos el paraguas para poder conocer los resultados de salud en vida real de los medicamentos innovadores que se van incorporando a nuestro arsenal terapéutico”.

Biosimilares en oncología

Durante la primera jornada se abordaron las controversias en torno a los biosimilares en oncología.

Desde BOPA señalaban que no es fácil introducir un medicamento biosimilar en el mercado porque éste está muy regulado y se requieren muchos datos. En Europa en concreto se pueden tardar entre 7 u 8 años en meter un fármaco de estas características. Sin embargo, desde la asociación británica destacaban que con la introducción de estos medicamentos, se podrían ahorrar decenas de millones de euros para 2021.

“Creemos que los biosimilares son lo mismo que el fármaco original, por lo quede deben utilizarse ya que estamos seguros de que se habla del mismo producto”, afirmaba Man Chie.

Desde la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), conscientes de las reticencias de muchos oncólogos, apuestan por los biosimilares porque es la forma de hacer sostenible el SNS y sostienen que los beneficios de estos medicamentos son indudables y se acabarán imponiendo, a pesar de las reticencias de muchos oncólogos.

“El marco regulador es bueno pero se puede mejorar. Necesitamos un training para utilizar estos medicamentos y ser capaces de convencer a los pacientes de que el cambio no supone ningún riesgo”, mantenía Martín Jiménez, oncólogo del Hospital madrileño Gregorio Marañón y presidente de SEOM. Asímismo, Jiménez indicaba que “el hecho de que se introduzcan los biosimilares es bueno en términos de ahorro y la aceptación por parte de oncólogos y pacientes será progresiva”.

Jiménez aseguraba que hay que formar a los oncólogos porque, “si conocen bien y saben lo seguros que son los biosimilares, va a ser poco difícil convencerles” y para estimular su uso se debe facilitar la incorporación de fármacos innovadores con lo que se ahorre de los biosimilares.

“No se han dado pasos en falso”, mantenía Olga Delgado, del servicio de FH del Hospital Universitario Son Espases de Palma de Mallorca al señalar que la EMA lleva 15 años trabajando en el desarrollo de biosimilares y hasta el momento no se ha retirado ninguno.

Desde Gedefo, Mangues incidía en que “la calidad del biosimilar es la misma que la del original. Nuestro papel como expertos en evaluación y selección de medicamentos es garantizar la farmacovigilancia, garantizar la trazabilidad y colaborar en la información que se da al paciente”.

A modo de conclusión los expertos coincidían en que se debe trabajar en consenso y que estos fármacos ofrecen una gran oportunidad para los nuevos tratamientos.