Alberto Cornejo Madrid | viernes, 29 de noviembre de 2019 h |

Ahora que expira 2019 y comienza la época de balances, no cabe duda que, desafortunadamente, uno de los asuntos ‘estrella’ en el sector de oficinas de farmacia este año ha sido (será) el de los desabastecimientos de medicamentos. Un grave problema sanitario para profesionales y pacientes que, aunque históricamente siempre ha existido en mayor o menor grado, en este ejercicio ha contado con un plus de notoriedad con su salto a la opinión pública y ocupar horas y páginas en medios de comunicación generalistas.

La profesión centra sus esfuerzos —y reivindicaciones— en que, cuando se haga balance allá por diciembre de 2020, las faltas de medicamentos no vuelva a repetir en esta lista ‘negra’ de asuntos a recordar. No será misión fácil, ya que las farmacias arrastrarán al nuevo año un problema “cronificado”. Para muestra, un dato: respecto a Buscapina Compositum, catalogado oficialmente por la Aemps en situación de falta, la propia Agencia no prevé —en el mejor de los casos— que se restablezca el normal suministro “antes de abril de 2020”.

De esta cronificación ha vuelto a alertar el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, una región donde, a 25 de noviembre, las boticas madrileñas (362) que forman parte del Sistema de Información de Desabastecimientos de Madrid (Sidem) tienen identificadas 92 presentaciones de las que no son abastecidas (ver gráfico). “Si bien estos datos suponen una mejoría respecto a las faltas en julio, que superaron las 150 presentaciones, las cifras indican que la situación no se ha normalizado todavía y que el problema sigue generando trastornos a pacientes y farmacéuticos”, apunta esta corporación.

Como mal menor, desde el COF de Madrid se concreta que “es importante precisar que la gran mayoría de los medicamentos que actualmente presentan faltas disponen de alternativas con el mismo principio activo”. No obstante, prosiguen, “sí hay otros que están teniendo un impacto en la continuidad del tratamiento”.

Diferencias con los datos nacionales

Las faltas que tienen identificadas las farmacias madrileñas coinciden en gran medida con la información que aportan, a nivel nacional, cerca de 7.000 farmacias adheridas al Centro de Información de Suministro de Medicamentos (Cismed), que coordina el CGCOF junto a los COF.

No obstante, en estos listados hay reseñables diferencias. Sin tan siquiera siendo necesario ir más allá de los ‘top 10’ de ambas listas (ver gráfico). Por ejemplo, Serc (betahistina), el fármaco que más notificaciones de faltas genera a nivel nacional, no aparece en el listado madrileño de principales faltas.

También se dan casos en sentido opuesto: Mysoline —en sexta posición en la lista madrileña— no aparece en los 30 primeros medicamentos que más notificaciones de faltas generan en el conjunto del país. En otras situaciones, las posiciones de un mismo medicamento en estos rankings —como Timolol; Plantaben; Buscapina; Trankimazin; etc.— , fluctúan según se atienda a uno u otro.

Ahora bien, cabe recordar que este problema no es específico de España, sino que se extiende por todo el mundo. Precisamente, en sendos recientes comunicados, tanto la Federación Internacional Farmacéutica (FIP) como la patronal europea de la distribución (GIRP) han indicado que se marcan como “prioridad” para los próximos años luchar contra los desabastecimientos.