Alberto Cornejo Ceuta | miércoles, 12 de abril de 2017 h |

Recientemente, Antonio Ruiz Moya abandonaba la presidencia del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Ceuta tras 29 años ininterrumpidos ejerciendo esta responsabilidad, cuestión más que suficiente para que el pasado 30 de marzo recibiese el reconocimiento de sus compañeros con la entrega del Escudo de Oro de la corporación. Ahora, tres décadas después, al frente de la nueva etapa en la corporación ceutí se sitúa Mario de Miguel Zaragoza, vicepresidente en el equipo de Ruiz Moya. Una situación que, de momento, el propio De Miguel califica de “temporal”, dado que se prevé convocar comicios en la segunda mitad de 2018. Unos comicios a los que a día de hoy ni siquiera ha pensado si concurrirá. Menos aún plantearse una etapa tan longeva como la que acaba de cerrar su antecesor.

P. ¿Qué le ha animado a ser el ‘nuevo rostro’ en la presidencia del COF de Ceuta?

Respuesta. Desde que empecé en esta profesión, ya recuerdo a Antonio en la presidencia. Ahora ha querido dar un paso al lado y dar paso a nuevas generaciones en las riendas del colegio. Al dimitir, por mi condición de vicepresidente he cogido el testigo provisional hasta las elecciones previstas para mediados de 2018. Me sentía obligado moralmente a asumir esta responsabilidad.

P. ¿Qué retos, a corto plazo, tiene ante sí la farmacia ceutí y, por ende, su colegio farmacéutico?

R. Nuestros retos van paralelos a los del resto de farmacia peninsular. Es decir, estamos trabajando en terminar de implantar la receta electrónica al cien por cien, y seguir impulsando esa farmacia de nuevos servicios profesionales que nos demanda la sociedad. A nivel colegial tenemos que seguir fomentando la formación entre los colegiados, sea a través de actividades propias o las que nos proporciona el Consejo General. En este asunto lo tengo claro: a la búsqueda de la farmacia profesional se responde con formación, formación y formación.

P. ¿Qué peculiaridades presentan las farmacias de Ceuta?

R. Si las hay, ninguna es insalvable. Pero no podemos olvidar que nos separa un mar de la península y eso tiene sus inconvenientes. Por ejemplo, estos días pasados han sido muchas las cancelaciones en el transporte marítimo por el temporal. También los servicios aduaneros operan a un menor ritmo los fines de semana. Por eso es necesario contar, como así ocurre, con un almacén de distribución (operado por Bidafarma) en la misma ciudad autónoma, muy bien dotado y que permite esa tranquilidad en el aprovisionamiento. Yo tengo la farmacia en un barrio humilde (El príncipe) y podría asegurar que mis pacientes acceden al medicamento en iguales condiciones que un paciente de la capital de Sevilla, por poner un ejemplo. A veces conviene recordar el valor que tiene nuestro modelo de distribución.

P. Entiendo que, por su ubicación geográfica en continente africano y ser considerada “puerta de entrada” a Europa, la prestación sanitaria en las farmacias ceutís también presentará peculiaridades, ¿no?

R. Efectivamente. Al ser Ceuta esa “puerta de entrada” a Europa, y ser receptora de movimientos migrantes, las farmacias actuamos como barrera sanitaria. Por ejemplo, ofreciendo consejo sanitario, identificando riesgos y participando en campañas informativas a la población respecto a patologías que siguen existiendo en este continente pero que están erradicadas en España. No podemos olvidar que la rabia sigue siendo endémica en Marruecos. O la tuberculosis… Actuamos como ‘barrera’ siempre en colaboración con la Administración. También aprovechamos que somos una red pequeña (24 farmacias) para promover la comunicación constante y en tiempo real, incluso vía whatsapp, cuando detectamos algo.

P. ¿Por ejemplo?

R. Ante problemas sanitarios, desabastecimientos… E incluso intentos de fraudes con recetas.

P. ¿Cómo son las relaciones con la Administración local?

R. Mantenemos una gran relación con las Administraciones y colaboración con entidades como Ingesa, de la que ‘dependemos’ aquí en Ceuta, Isfas, Muface… Con el Gobierno local participamos en todas las campañas sanitarias y proyectos que nos sugieren. Ahora mismo estamos trabajando en la implementación del libro electrónico de estupefacientes. Recientemente, hemos implantado un programa de preparación de sistemas personalizados de dosificación (SPD) para pacientes atendidos por Cruz Blanca y estamos en conversaciones para iniciar un programa de detección de cáncer de colon.

P. ¿Cuál es la situación en lo económico? Por ejemplo, ¿hay boticas VEC?

R. No tenemos farmacias VEC, aunque sí algún establecimiento en situación delicada. Ceuta destaca por ser un zona eminentemente urbana, salvo algunos terrenos ocupados por instalaciones militares. Aunque no dispongo de datos exactos, probablemente Ceuta cuenta con una de las mayores densidades de población en España. Eso favorece la concentración, rentabilidad. Y, por parte del paciente, la accesibilidad.

P. A finales de 2016 se conoció el inicio por parte del Gobierno ceutí de los trámites legislativos para convocar un nuevo concurso —el primero en un lustro— con “entre tres y seis” nuevas boticas. Ello supone ampliar un 25 por ciento el mapa local. ¿Hay novedades?

R. No tenemos mayor información que la que ha trascendido. Sabemos que hay intenciones de estudiar la ampliación del mapa farmacéutico, pero nada más.