Alberto Cornejo Madrid | viernes, 14 de julio de 2017 h |

Aprovechando la posición privilegiada que ostentan para ‘verlo’ todo, de un tiempo a esta parte parece estar creciendo de forma proporcional a este privilegio la implicación de las farmacias como vigías de todo aquellos problemas relacionados con el medicamento. Ya sean estos de índole logística (desabastecimientos, faltas, etc.) o sanitarios, derivados de su prescripción o administración a los pacientes.

Este aumento del papel de las farmacias como ‘Gran Hermano’ en la identificación de estos problemas responde, a su vez, a la proactividad de Administraciones y corporaciones para facilitarles este protagonismo. Bien sea a través de proyectos como el Centro de Información de Suministro de Medicamentos (Cismed) para el caso de faltas y desabastecimientos o la proliferación —Cataluña suma el último ejemplo a la causa— de programas autonómicos de redes de farmacias centinela para identificar y notificar problemas relacionados con el consumo de fármacos por la población.

Por ejemplo, más de 5.000 farmacias de toda España se han adherido ya —de forma voluntaria, cabe recordar— a Cismed, el sistema puesto en marcha el Consejo General de Colegios de Farmacéuticos en 2014 con un doble objetivo: detectar en tiempo real situaciones generalizadas de suministro irregular de medicamentos y dotar a la profesión de información sobre su disponibilidad.

De esta manera, Cismed no solo se revela como una radiografía ‘oficiosa’ y a tiempo real con la que acreditar la situación de desabastecimiento o falta de determinados medicamentos en España, sino que, en su ventaja práctica, facilita al farmacéutico información para la toma de decisiones que permitan garantizar, en lo posible, la continuidad de los tratamientos de los pacientes.

Informes semanales

Desde su lanzamiento, Cismed ha ido incorporando progresivamente más farmacias hasta alcanzar en la actualidad a cerca de un 25 por ciento de la red. Ello permite obtener así mejores datos y perfeccionar la información que ofrece.

Los informes semanales que se generan que son remitidos a los Colegios y Consejos Autonómicos de Farmacéuticos y, cuando procede, a la Administración sanitaria informando de la disponibilidad de medicamentos en las farmacias. Estos informes recogen, entre otros, el número de farmacias que han pedido y no se les ha suministrado un medicamento, información por provincias, en caso de sospecha de posible suministro irregular si ha sido informado por la Agencia Española de Medicamentos, o si el medicamento es sustituible por otro.

En la actualidad las farmacias adheridas están remitiendo en promedio información semanal de más de 7.000 medicamentos de los que entre 20 y 70 pueden ser considerados como fármacos con posibles problemas de suministro. Para considerar esta situación se han fijado una serie de criterios mínimos de número de farmacias que informan de un mismo medicamento y frecuencia en el tiempo de esta información.

Varios centenares de centinelas

De forma paralela a esas 5.000 farmacias implicadas en identificar problemas de suministro, existen otros cerca de 300 establecimientos —quien sabe si alguno de ellos ‘repite’ en ambos proyectos— encargados de identificar problemas a nivel de mostrador en torno al medicamento. Desde un extremo (originados en la propia prescripción) al otro (reacciones adversas tras su consumo por el paciente, interacciones, etc.).

Esos varios de centenares de farmacias se reparten entre las cuatro redes autonómicas de farmacias centinela existentes en Madrid (pionera en esta iniciativa en 2005, con 80 establecimientos), Castilla y León hace ahora un año (se estrenó en 2015 con cien farmacias) Castilla-La Mancha (hace apenas un año, con 59 boticas), y, desde este mes de julio, Cataluña, con 60 farmacias. Por ejemplo, las farmacias castellanoleonesas han detectado cerca de 250 errores relacionados con medicamentos, y sus compañeras manchegas 144 en su primer año.