Alberto Cornejo Madrid | viernes, 29 de septiembre de 2017 h |

Según la última memoria publicada por el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses correspondiente a 2015, el 26 por ciento de los conductores fallecidos en accidente de tráfico con resultado positivo y sometidos a autopsias dieron positivo en psicofármacos. En el caso de los peatones, ese porcentaje de fallecidos positivos en psicofármacos se incrementa hasta el 39,8 por ciento.

Junto a estos datos no se debe obviar que, a día de hoy, es una quimera pensar en la existencia de test que, al igual que ocurre con las drogas y el alcohol, pueda identificar y ‘medir’ la presencia de estos medicamentos en el organismo y si están alterando la capacidad para conducir. A lo sumo, “si la percepción ocular de un agente de Tráfico sobre el conductor es evidente, sí pueden actuar como lo harían ante un positivo por otras sustancias impidiendo la conducción”, manifiesta Gregorio Serrano, director de la Dirección General de Tráfico.

Por ello, la principal medida para asegurar —como rezarían otras campañas— un “0,0 por ciento (de ciertos medicamentos) al volante” es la concienciación ciudadana. Y para la concienciación no hay mejor herramienta que la información. Es ahí donde la Dirección General de Tráfico se ha querido apoyar en el farmacéutico, que no solo es el mayor experto en el medicamento sino un profesional sanitario de confianza para el ciudadano.

En este objetivo, la DGT y el Consejo General de Colegios de Farmacéuticos han firmado un convenio de colaboración para la prevención y la concienciación ciudadana en torno a la relación y efectos de la toma de algunos medicamentos con la conducción (o el tránsito, en la condición de peatón). El acuerdo fue suscrito por el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, y el presidente del CGCOF, Jesús Aguilar. El protocolo firmado abarca diversas actividades tales como la elaboración de una guía de formación y de intervención del farmacéutico en la dispensación de este tipo de medicamentos o el desarrollo de una campaña de educación sanitaria en las boticas. Medidas que se unen a la ya inclusión de pictogramas informativos en los envases de estos fármacos.

Para Zoido, la labor informativa y de sensibilización de los farmacéuticos es esencial para prevenir accidentes de tráfico, de modo que damos un paso más para erradicar la lacra social que son los accidentes viales”. Por su parte, Aguilar se ha mostrado confiado de que “los farmacéuticos podemos contribuir a reducir las cifras de siniestralidad”.