Alberto Cornejo Barcelona | jueves, 23 de marzo de 2017 h |

Tres son los papeles que puede jugar el farmacéutico comunitario en torno a la vacunación. Dos de ellos, la información y formación al paciente, son plenamente respaldados. El tercero, el de la administración de las vacunas, ya genera más discrepancias. Ahora bien, “hablando se entiende la gente”, recordando el nombre de un antiguo programa televisivo. En este caso, los distintos profesionales sanitarios.

Esta es una de las conclusiones que ha deparado la mesa redonda “Vacunación en farmacia comunitaria: marco legal y situación en otros países”, celebrada en la tercera y última jornada (jueves 23 de marzo) de Infarma Barcelona 2017. A pesar de que en esta edición se han presentado positivas experiencias internacionales de vacunación desde las farmacias (Portugal, Irlanda, EE.UU, Suiza…), otros profesionales sanitarios son reacios a esta cuestión. Por ejemplo, Pepi Estany, coordinadora del Grupo de Vacunas de la Asociación de Enfermería Familiar y Comunitaria de Cataluña, sigue apostando por el canal tradicional: “no hace falta realizar inversiones para implantar la vacunación en farmacias, porque esas inversiones ya están hechas en los centros de Atención Primaria, que también son accesibles al ciudadano”.

Para esta profesional de Enfermería, la mejora de las tasas de vacunación no se mejora con esa accesibilidad que aportaría la oficina de farmacia “sino con campañas informativas de mayor alcance”. Por su parte, Purificación Robles, médico de familia y coordinadora del Grupo de Profilaxis en Enfermedades Infecciosas de la Camfic, ha estimado que esos modelos de éxito vigentes en otros países “no son aplicables” a España por sus diferentes sistemas sanitarios.

Por su parte, Antoni Torres, presidente de la patronal farmacéutica catalana Fefac ha recordado que el objetivo de la farmacia es “formar parte del proceso de vacunación” en todo aquello que pueda aportar –entre ello la inmunización desde la botica a ciertos colectivos que lo eligiesen libremente, si es el caso- pero de ninguna manera apartar o desbancar a otros profesionales de esta función. “Si nos sentásemos a hablar, llegaríamos a un acuerdo, ya que es precisamente la falta de comunicación la que favorece las reticencias. La farmacia comunitaria puede añadir valor a lo que ya tenemos en vacunación”, ha puesto de manifiesto en su intervención. Mientras, Lluis Urbiztondo, jefe del Servicio de Medicina Preventiva de la Secretaría de Salud Pública de Cataluña, también ha apostado por dialogar en nuevas líneas colaborativas, si bien considera que “las estrategias de vacunación son aceptables”.

En lo que sí ha habido consenso es en considerar importante que se incorporase al farmacéutico a los Comités Asesores en Vacunas existente en las comunidades autónomas y de los qye ya forman parte otros profesionales sanitarios.