El Global Madrid | martes, 12 de noviembre de 2019 h |

La patronal nacional de oficinas de farmacia FEFE ha vuelto a insistir en la necesidad de que las guardias farmacéuticas sean remuneradas para equipararse tanto al resto de profesionales sanitarios que realizan estos servicios como a la tendencia europea.

Incluso, la empresarial va un paso más allá y propone diversas fórmulas para que las Administraciones afronten el abono de este servicio. Algunas de ellas serían su subvención por parte de las Consejerías de Sanidad— o con mecanismos indirectos, vía reducción de los descuentos y deducciones que se practican por los Reales Decretos Leyes promulgados desde el año 2000 (aunque esto último requiere modificaciones legales).

Según recuerda FEFE —que ultima un estudio sobre los servicios de urgencia con el que apuntalar su petición— “se puede calcular que el pago de las guardias obligatorias que realizan las farmacias es un tema menor desde el punto de vista presupuestario (menos de 25 millones de euros anuales) y podría ser financiado de forma directa con las deducciones y descuentos de los que se benefician las Comunidades Autónomas, y que suponen más de 450 millones de euros anuales.

La empresarial denuncia el “agravio histórico” que supone que los farmacéuticos comunitarios sean los únicos profesionales sanitarios que no son retribuidos por estos servicios de urgencia, incluso en la comparación con los compañeros farmacéuticos ejercientes en hospitales. “Desde el principio de igualdad, si determinados profesionales sanitarios (médicos, farmacéuticos hospitalarios, enfermeros, técnicos) que realicen guardias con carácter de servicio público en centros sanitarios son remunerados, el farmacéutico también es un profesional sanitario, que presta sus servicios en un establecimiento sanitario de interés público y, por ende debería tener también derecho a la remuneración de las guardias de la oficina de farmacia por parte de la financiación pública”, justifican.

Además de buscar responsabilidades externas, la patronal también ‘culpabiliza’ a liberalización de horarios, ya que muchas farmacias se han visto libres de realizar guardias en las zonas más pobladas, por la existencia de farmacias con horarios de 12 y 24 horas, “abandonando a su suerte” a las farmacias rurales, donde se producen grandes agravios que afectan a la vida personal y familiar de los farmacéuticos, en una situación laboral precaria, bajo la presión de los ayuntamientos, sin posibilidad de contratar farmacéuticos adjuntos por el bajo nivel económico de sus farmacias.

Respecto a las consecuencias directas de un hipotético pago de guardias farmacéuticas, la patronal vaticina que se reduciría “al 50 por ciento” la cifra de farmacias VEC (Viabilidad Económica Comprometida), aumentaría el empleo — “el pago de las guardias permitiría a muchos farmacéuticos contratar a farmacéuticos adjuntos”, indican— o ese factor difícil de cuantificar económicamente que supone mejorar la conciliación de la vida laboral y familiar. En especial, nuevamente, de aquellos farmacéuticos rurales titulares que encadenan semanas realizando estos servicios de forma inninterrumpida.