El Global Madrid | viernes, 16 de marzo de 2018 h |

Los estamentos enfermeros han mostrado su indignación y preocupación ante lo que consideran una posible privatización de la Atención Primaria “por el auge de un movimiento autodenominado como Farmacia comunitaria que, a pesar de no tener respaldo legal alguno, pretende hacer actuaciones de carácter asistencial con los pacientes crónicos tanto en la botica como a domicilio” según han recogido en un comunicado. Los enfermeros se han reunido en Toledo para debatir acerca de las amenazas y retos a los que se enfrenta la profesión bajo el lema “Juntos, construyendo el futuro”. El comunicado que han hecho público supone más bien una vuelta al pasado en lo que a los infundados ataques a la Farmacia se refiere.

Florentino Pérez, presidente del Consejo General de Enfermería, ha asegurado que respetan “el importante rol de los farmacéuticos en el marco de la atención al ciudadano, pero esta profesión hermana debe ser consciente de sus límites a la hora de ejercer. Reconocemos que es legítimo tener nuevas aspiraciones profesionales. Sin embargo, ni entendemos ni toleramos que las administraciones públicas, como últimos responsables de la salud de los ciudadanos, entren en este juego y menos si eso implica arriesgar la salud de las personas, menoscabar la legislación vigente o frivolizar acerca de unas supuestas nuevas funciones que son competencia exclusiva y excluyente de las enfermeras y los médicos, sobre todo de las especialidades reconocidas por Ley de Enfermería y Medicina de Familia y Comunitaria”.

En un momento como el actual en el que se impone la atención multidisciplinar para aprovechar las bondades de cada uno de los agentes sanitarios que conforman el Sistema Nacional de Salud, los enfermeros siguen empeñados en menoscabar la actividad de los farmacéuticos. Tanto es así que el estamento enfermero también ha criticado duramente a los consejeros de Sanidad de las diferentes Comunidades Autónomas “que están entrando en este juego porque están haciendo peligrar el sistema sanitario al dejar en manos de unos establecimientos privados y comerciales la atención que prestan médicos y enfermeros en el marco del sistema público, sobre todo en el ámbito de la Atención Primaria. Además de la carencia de respaldo jurídico y el riesgo para el propio paciente, los modelos de farmacia comunitaria que intentan imponer algunos gobiernos regionales suponen una clara invasión de las competencias profesionales”, continúa el comunicado.

Una nota que se atreve a dudar sobre la formación sanitaria de los farmacéuticos, y considera que “Madrid, Comunidad Valenciana, País Vasco, Murcia, Castilla-La Mancha y Galicia están dando pasos importantes para sacar del sistema público y de los centros de salud, el seguimiento y control de pacientes crónicos y polimedicados, solicitando el acceso a la historia clínica del paciente y medidas como la revisión de los botiquines domésticos realizada, no olvidemos, por parte de personas que se ganan la vida con la dispensación y venta de medicamentos. La complejidad de muchos pacientes exige que sean otros profesionales sanitarios, enfermeros y médicos, quienes pueden garantizar la seguridad y salud de los pacientes sin más interés que su propia deontología profesional”.

Los enfermeros reunidos en Toledo han consensuado medidas urgentes “para evitar lo que puede suponer un golpe mortal al sistema sanitario”, según concluye el comunicado.