Alberto Cornejo Madrid | viernes, 24 de febrero de 2017 h |

Lo que en tenis se denominaría un peloteo, un intercambio de golpes a ambos lados de la pista, en el asunto que nos ocupa bien podría catalogarse como un “intercambio de informes”. En esta escena, con el modelo farmacéutico regulado español actuando como particular red, a un lado de la pista se encontrarían los defensores de las ventajas de la regulación, mientras que enfrente se situarían entidades como la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), estandarte de aquellos que reclaman la liberalización —total o parcial— del modelo.

En este intercambio de argumentaciones, la CNMC había sido la última en actuar. Lo hizo en octubre de 2015, con la publicación de un informe sobre el sector de oficinas de farmacia en el que, entre otras propuestas y en aras de “mejorar la competencia”, sugería la eliminación de la obligatoria propiedad/titularidad en manos del farmacéutico, suprimir los criterios de población y distancia en la apertura de boticas, así como permitir la venta de medicamentos OTC en otros canales. Ahora, el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Valencia —entidad que ha defendido la regulación incluso con continuas visitas pasadas a Bruselas— devuelve el golpe con una suerte de ‘contra-informe’ que revisa y desmonta esas principales argumentaciones de Competencia sobre las ventajas de la desregulación.

En concreto, el estudio “Aportaciones económico-jurídicas al modelo de farmacia español: análisis desde la perspectiva de Competencia”, elaborado por Compass Lexecon, analiza “desde un punto de vista teórico y empírico” el informe pro-liberalización de la CNMC a fin de corroborar que “la competencia no siempre da lugar a los beneficios que se les asocia”, apunta Miguel de la Mano, vicepresidente ejecutivo de la oficina de Bruselas de la compañía autora del documento. Para ello se lleva a cabo una comparativa de las propuestas de la CNMC con la evolución que han tenido estas medidas desreguladoras en aquellas países europeos que las han implantado, si bien “en ningún país de la OCDE existe una liberalización total del modelo farmacéutico; en todos hay cierta regulación”, recuerda De la Mano.

Restricciones de establecimiento

Respecto a las consecuencias de una posible libertad de establecimiento —eliminando criterios de población y/o distancia—, el estudio de Compass Lexecon corrobora un incremento en el número de farmacias (como así apuntaba Competencia). No obstante, “las nuevas farmacias se instalan donde ya hay oferta, y a medio y largo plazo se reducen las cifras por cierres, y se puede producir una merma en la calidad del servicio”, apuntó De la Mano.

Según recoge este estudio, Suecia daría fe de ello. La eliminación de estas restricciones en el país escandinavo supuso un incremento del 36 por ciento de su red de farmacias en los tres primeros años (en otro ejemplo, Noruega, el aumento también fue del 32 por ciento). Sin embrago, el 95 por ciento de las aperturas tuvieron lugar en poblaciones de más de 30.000 habitantes (un 67 por ciento en localidades con más de 60.000 residentes). También en Irlanda la desregulación de 2002 generó un cambio de tendencia en las aperturas. En la etapa de planificación ‘regulada’, se abrían más farmacias en zonas rurales que urbanas. Sin embargo, tras 2002 se abrían “alrededor de 25 farmacias al año en entornos urbanos y menos de 10 en municipios rurales”, reza este informe.

Respecto al modelo de planificación de mínimos que rige en Navarra —que permite una mayor flexibilidad en las aperturas y que es alabado en el informe de Competencia—, el informe encargado por el COF de Valencia también le dedica un capítulo propio. En este caso, De la Mano criticó que “la CNMC solo valora que ha conllevado más número de farmacias, pero obvia la mayor cifra de VEC que paralelamente ha propiciado”.

También tienen su réplica las supuestas ventajas de eliminar el binomio titularidad-propiedad en manos del farmacéutico y favorecer la integración horizontal y vertical de boticas. Nuevamente Noruega sale a la palestra: tan solo cuatro años después de la eliminación de estas restricciones, 402 de sus 525 farmacias ya pertenecen a 3 grandes grupos (cadenas). “La separación de la gestión y la propiedad podría generar un problema de incertidumbre en casos de negligencia o errores en el servicio”, añadió De la Mano. Por su parte, un solo grupo de cadenas controla cerca del tercio de las boticas existentes.

Medidas “positivas”

A pesar de desmontar las anteriores propuestas, este estudio (presentado el pasado 21 de febrero en Madrid) no supone una ‘enmienda a la totalidad’ del polémico informe de 2015 de la CNMC. Así, De le Mano considera que en el documento de Competencia se incluían medidas cuya aplicación sí podría ser “positiva” para el sector, como serían la eliminación de las restricciones en la publicidad de las farmacias, una mayor libertad de horarios e intensificar la competencia en medicamentos sociosanitarios, ejemplificó. “Existen oportunidades de mejora para adaptarse a la evolución gradual del mercado. Sin embargo, es aconsejable mantener las líneas centrales del modelo regulatorio”.

Por otra parte, el presidente del COF de Valencia, Jaime Giner, destacó en este encuentro que las principales amenazas al modelo puede que no haya que buscarlas en el exterior, sino a nivel interno. “La peor amenaza somos nosotros mismos; en concreto, no saber adaptarnos y responder a los cambios y retos sociosanitario, como la dependencia y cronicidad”, vaticinó.