Alberto Cornejo Valencia | jueves, 24 de noviembre de 2016 h |

“Enseñar”. Esta es una de las acciones más importantes cara a la difusión de la Atención Farmacéutica (AF), una práctica asistencial sobre la que se está trabajando mucho a nivel interno (dentro de la profesión) pero sobre la que queda mucho por hacer a nivel externo (el conocimiento por parte del paciente). Esta es una de las principales conclusiones extraídas de las VI Jornadas Farmacéuticas organizadas este 23 de noviembre en Moncada (Valencia) por la Universidad CEU Cardenal Herrera. Un evento que reunió a representantes de instituciones docentes, colegios, sociedades científicas y alumnos para debatir sobre el futuro de la AF y que en esta edición estuvieron dedicadas a Paco Martínez (profesor de esta universidad, fundador de Sefac y uno de los referentes de esta práctica en España), recientemente fallecido.

Una de las acepciones del verbo enseñar es “comunicar conocimientos, ideas, experiencias, habilidades o hábitos a una persona que no los tiene”. Es ahí donde entran en juego las facultades, cara a adaptar los planes de estudio a esa nueva “realidad” asistencial que vive la farmacia. Una realidad que “es muy diferente de la formación académica” que reciben los farmacéuticos, según reconoció en esta jornada Alicia López, decana de Ciencias de la Salud de la Universidad CEU-Cardenal Herrera. Un parecer que compartió Maite Climent, presidenta de la delegación en Comunidad Valenciana de la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (Sefac): “cuando se sale de la Universidad, se sabe muy poco a la hora de afrontar el ejercicio asistencial”, expuso.

Aunque la Universidad CEU Cardenal Herrera es una de las instituciones docentes que sí viene trabajando en adaptar su programa docente a esa nueva farmacia asistencial (fue pionera en implantar un Aula de Prácticas Farmacéuticas que simula una oficina de farmacia), no puede decirse que sea la tónica habitual en el resto de España. “No es suficiente con impartir un par de asignaturas relacionadas con la Atención Farmacéutica en todo un Grado” indicó José Carlos Montilla, presidente de la Comisión Nacional de la Especialidad Farmacia Industrial y Galénica, y una de las voces ‘autorizadas’ del sector. A su juicio, la Atención Farmacéutica debería tener rango de “especialidad” y actualización periódicamente, al igual que deben hacer los médicos para ejercer.

Hasta ahí el debate sobre cómo puede la Universidad “enseñar” a los futuros profesionales la Atención Farmacéutica. Pero este verbo cuenta con otra acepción, que no es otra sino “hacer ver de forma práctica, mediante una explicación o una indicación, cómo funciona, se hace o sucede una cosa”. Y ese es aún un ‘debe’ de la profesión farmacéutica. “La AF ha avanzado mucho, pero hacia dentro de la profesión. En cambio, hacia fuera, los pacientes sigue conociendo muy poco de este avance”, denunció en estas jornadas Yolanda Tellaeche, presidenta del Instituto de Formación de Cofares. Un parecer también compartido por Luis Salar, profesor asociado en el Departamento Farmacia en la Universidad CEU Cardenal Herrera, quien considera que los farmacéuticos no saben transmitir “que podemos hacer más cosas por su salud”.

En este escaso alcance público y notoriedad de la AF, la presidenta del Instituto de Formación Cofares (IFC) apuesta por hacer autocrítica: “hemos gastado muchos esfuerzos en discusiones sobre terminología y en desarrollar protocolos de excesiva complejidad que han impedido a muchos farmacéuticos engancharse al tren de la AF”. Para Tellaeche, se corre el riesgo de “desgastar” este concepto y apuesta por “darle un vuelco”. En este sentido, Montilla cree que el desarrollo de la carrera profesional y la especialización siguen siendo “asignaturas pendientes” a la hora de situar al farmacéutico en el papel sanitario que, por capacitación, le corresponde.