Madrid | viernes, 21 de julio de 2017 h |

La evolución de la industria farmacéutica en los últimos años ha venido marcada, como en el resto de sectores, por la crisis económica. Esta circunstancia ha obligado a las empresas del sector sanitario a adaptarse a un nuevo escenario en el que los recortes en presupuestos públicos han sido los verdaderos protagonistas de las actuaciones acometidas en el sector. Además, la necesidad de mantener la sostenibilidad ha cobrado más importancia que nunca, convirtiéndose en el principal objetivo de las medidas de todas las partes.

El control presupuestario dado en estos años ha obligado a las empresas farmacéuticas a ajustarse mucho más en sus estrategias lo que se ha traducido en recortes en todos los aspectos. Uno de los grandes temas que ha visto modificado su presupuesto y, por tanto, ha visto disminuida su actividad es la investigación de nuevos tratamientos y terapias.

Menos investigación

En este sentido, la investigación se ha visto obligada a reducir su inversión y con esto el número de proyectos realizados. Con todo esto, el número de ensayos clínicos ha disminuido en la última década considerablemente.

Además, esta reducción viene dada por el aumento de los costes que han supuesto las nuevas terapias, como la inmunología, que suponen mayor inversión en investigación y en el coste que requieren las terapias aprobadas.

También es importante el cambio de paradigma que se ha dado en este aspecto: las nuevas terapias están dirigidas a números reducidos de pacientes. Este aspecto obliga a las compañías a realizar mayor número de ensayos clínicos para menor porcentaje de pacientes, obligando a que se realicen muchos más proyectos de investigaciones.

Esto también ha demostrado la necesidad de realizar estudios en vida real (Real World Evidence) para demostrar la eficacia de los nuevos tratamientos o la utilización de herramientas de Big Data que ayude a compilar toda la información necesaria.

Otro de los grandes problemas ha sido la llegada de muchas de estas terapias al sistema tras la aprobación de las mismas por parte de las agencias competentes. El coste de los tratamientos ha mostrado la necesidad de buscar nuevos métodos y estrategias que permitan tratar a los pacientes, asegurando la sostenibilidad del sistema sanitario. Precisamente la industria ha sabido responder a estas necesidades con la adopción de nuevos acuerdos de pagos por resultados, cada vez más necesarios para obtener esa rentabilidad. A nivel sectorial cabe destacar el acuerdo que vincula el gasto farmacéutico a la evolución del PIB y que demostró la implicación de la industria en pro de la sostenibilidad del SNS.

La inmunoterapia marca el futuro

Una de estas grandes nuevas técnicas es la inmunología. Las investigaciones han demostrado que el papel del sistema inmunitario es clave para proteger el organismo de infecciones y enfermedades. Este avance ha provocado que las compañías centren sus investigaciones en nuevas terapias y tratamientos que se basen en la inmunoterapia.

En este sentido, las terapias personalizadas y los tratamientos diana cobran cada vez más protagonismo en las investigaciones, ya que se ha demostrado una mayor efectividad de los mismos que compensa con sus costes más elevados.

En concreto, las empresas farmacéuticas que investigan nuevas terapias centradas en inmuno-oncología han presentado en el último año numerosos datos muy positivos que muestran un futuro esperanzador en el tratamiento de distintos tipos de cáncer con esta terapia. Además, reduce la toxicidad y, por tanto, los efectos secundarios, que sufren los pacientes con otros tratamientos.

Habrá que continuar muy pendientes de las investigaciones y los avances que se produzcan en los próximos años, pero ya se ha consolidado como una alternativa terapéutica eficaz en las distintas enfermedades que se ha ensayado.

El principal reto una vez más será diseñar medidas de financiación que aseguren la accesibilidad a estas innovaciones.

Necesidad de transparencia

Otro de los temas centrales de este periodo ha sido la búsqueda de una mayor transparencia en lo que se refiere a la relación entre industria y profesionales sanitarios. Un concepto que llega en un momento en el que la sociedad demanda más información, no sólo en el ámbito farmacéutico, sino en todos los niveles. Aquí, la industria ha sabido responder a esta demanda, con la publicación desde 2015 de todas las transferencias de valor realizadas a profesionales o entidades sanitarias. “Se trata de un medio para mostrar la necesidad y legitimidad de nuestra colaboración con el sistema sanitario y sus profesionales, esencial para impulsar la investigación y el uso adecuado del medicamento, y, a su vez, prevenir conflictos de interés” es el planteamiento realizado por la patronal del sector, Farmaindustria.

La industria considera que esto va a permitir continuar a la vanguardia de la innovación y asegurar en nuestro país profesionales formados en las novedades sanitarias para que puedan continuar accediendo a la innovación.

Ayudar a la recuperación

A pesar de todo esto, la industria farmacéutica continúa realizando una importante inversión en áreas claves como la I+D, la producción, el empleo o las exportaciones. Todo esto la convierte en uno de los principales mercados que puede ayudar a la salida definitiva de la crisis económica a nuestro país. Aún así el sector debe buscar soluciones para seguir asegurando el acceso a las innovaciones. El reto está claro: encontrar fórmulas que mejoren la eficiencia de los sistemas públicos de salud.


La inmunoterapia centra las nuevas investigaciones de tratamientos, demostrando mayor eficacia y seguridad



La industria farmacéutica se ha comprometido con la sociedad a través de medidas que muestren su transparencia