Opinión

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Santiago de Quiroga Editor de EG | viernes, 08 de junio de 2018 h |

Lo que puede marcar la diferencia es conseguir un periodo fructífero. Y eso no se puede hacer en solitario.

En este comienzo de mandato, la ministra Carmen Montón atesora dos activos que deberá mantener en el tiempo: su capacidad innegable, demostrada al frente de una sanidad autonómica, y las expectativas que ha levantado. Me permitirán que hable de calidad en la c. valenciana de buena fuente, ya que es una de las más galardonadas en los Premios Best-in-Class de GACETA MÉDICA cada año, como sabe la propia ministra. Se ha apoyado en la buena sanidad que encontró en la C. Valenciana y la ha gestionado con evidente capacidad, mejorando muchos aspectos. Un mérito que comparte con su equipo, especialmente Ricardo Campos y Patricia Lacruz, que la acompañarán en Madrid. Hay que hablar ahora en positivo, y la cortesía de 100 días mantendrá las expectativas altas. Su discurso ha sido sanitario y es un buen comienzo. Sus maneras elegantes y generosas; permitió que Dolors Montserrat pudiera despedirse, quien también lo hizo de manera elegante, deseándole lo mejor “por el bien de los españoles”. Los compromisos adquiridos por el Grupo Socialista en las Comisiones de Sanidad del Congreso y del Senado, en forma de PNLs, preguntas parlamentarias o interpelaciones, estarán ahora en la mente de todos. España es el país más generoso en sanidad: somos los ciudadanos que menos contribuimos al gasto sanitario total, con una atención altamente coste-eficiente. La ministra quiere eliminar el copago de pensionistas y “asegurar” la universalidad, derogando el RD 16/2012. Lo primero costará 400 millones de euros, y lo segundo no impactará en la realidad de la asistencia sanitaria, pero sí en su percepción. Si detrás de esto vienen otras decisiones, algunas de las que han reclamado desde la oposición, bienvenidas sean. Podrá contentar a Podemos con algunas medidas, pero necesitará como mínimo a C’s, a los nacionalistas del PNV e incluso al Grupo Popular, porque en materia sanitaria hay espacio suficiente para trabajar en propuestas razonables. Tener una legislatura sólida, lo que quede de ella, interesa a los españoles. Lo que puede realmente marcar la diferencia es que sea un periodo fructífero y eso no se puede hacer en solitario.