Opinión

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Santiago de Quiroga Editor de EG | viernes, 16 de noviembre de 2018 h |

¿El SNS afronta con optimismo o con preocupación la curación de enfermedades graves?

El consejero de Sanidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero, ha tenido una lectura más optimista que su homólogo gallego, el consejero Jesús Vázquez. En la reunión del CISNS, el tiempo mayoritario se lo ha llevado la incorporación de las terapias CAR-T a la cartera de servicios. El consejero Vázquez declaraba, en un receso del CISNS, que Galicia necesitará financiación del Ministerio para acometer la incorporación de estas terapias innovadoras, mientras que el consejero de Madrid destacaba la aprobación de la primera versión de un “plan necesario y una estrategia común que es buena”, aunque también mostraba su preocupación por la financiación. Las dos visiones reflejan la cara y la cruz del reto de las terapias que curan, a un alto precio con un alto valor. La pregunta es si el sistema sanitario debe afrontar con optimismo o con preocupación la curación de enfermedades graves a través de la innovación. Ahora la realidad viene de la mano de procesos oncohematológicos, pero estamos asistiendo a la erradicación de la hepatitis C, iniciada hace 3 años, y otros tipos de cánceres líquidos y sólidos que le seguirán. Mientras tanto, la organización del sistema asistencial ya resulta urgente: Madrid espera contar con 3 centros de referencia acreditados para recibir pacientes candidatos a CARs. Lo que está claro es que estamos ante un modelo nuevo de implantación de una tecnología disruptiva, que cuenta con versiones académicas e industriales y que obliga a rediseñar la asistencia sanitaria. La realidad es que España es líder mundial en trasplantes (con un alto coste y con un alto valor) y ha sido capaz de organizarse con centros de excelencia, y podría también liderar la incorporación de las terapias CAR-T. En estos momentos, los beneficiarios de estas innovaciones serían pacientes con algunos tipos raros de leucemia, linfomas o mieloma múltiple, y un pronóstico peor que malo, y que ya no tienen opciones que garanticen su supervivencia a corto plazo. Algo parecido a lo que le ocurre a una persona que requiere de un trasplante; en 2017 se superaron los 5.000 trasplantes en España. Nuestro activo son 5 años de experiencia preclínica en CARs (tanto con linfocitos T como con otras células inmunes), ha afirmado el presidente de la SEHH, Jorge Sierra. No es una opción: debemos estar preparados para la curación de enfermedades y superar los retos que pueden impedir dicha curación.