Opinión

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Santiago de Quiroga Editor de EG | viernes, 19 de octubre de 2018 h |

Los retos sanitarios llevan a plantearse incorporar resultados de salud que importen a los pacientes

Ya es hora de acabar con ese dogma de la sanidad del siglo pasado. Al paciente no sólo le importa que le curen sus problemas de salud, sino que quiere tener más peso en la gobernanza del sistema sanitario. Este nuevo modelo, cambio cultural y de valores como dice el viceconsejero de Salud del País Vasco, Iñaki Berraondo, es un bien que se alcanza con la atención integrada. Porque más allá de enlazar niveles asistenciales, lo que se persigue es entrelazar las manos del profesional sanitario y del paciente para que, juntos, mejoren los resultados.

La jornada con todos los responsables de Osakidetza que organizaron El Global y GACETA MÉDICA, en colaboración con la farmacéutica Celgene, puede dejar más tranquilo al paciente. Este nuevo paso hacia la Atención Integrada, además, se encarga de incluir otros indicadores que preocupan a los pacientes y que hasta ahora vivían sumergidos en el segundo plano. Además de solventar el problema de salud y asumir su parte en la gobernanza, el paciente también quiere que el profesional se ocupe y preocupe por elementos como el estado emocional o el pánico para solventar de una manera integral su estado de salud. Porque al final de esto va todo, de asumir que los retos sanitarios llevan a plantearse incorporar resultados en salud que importen a los pacientes. Y eso pasa por evaluar también lo que necesita el ciudadano.

Esta gran noticia para el paciente llega además de una efeméride importante para el Sistema de Sanidad vasco. Cumplir 35 años es abrazar la madurez y la mejor manera de demostrarlo más allá de las palabras es iniciar acciones que asuman que todos —pacientes, profesionales y ciudadanos— somos ya muy adultos.