Opinión

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Santiago de Quiroga Editor de EG | viernes, 18 de mayo de 2018 h |

El problema no es el precio en Estados Unidos o India, porque deben ser claramente diferentes. Son los otros.

Parecería que hay un alineamiento en el tiempo desde distintos puntos del mapa geopolítico. Y lo que produce esa sincronía es el debate sobre el precio y el valor del medicamento, y sobre su acceso. Se trata de un debate con diversos prismas, en el que lo que sirve para los países en vías de desarrollo no es aplicable del todo para los países de la OCDE, que son los 34 países con economías de mercado, cuyo fin es expandir la misma y el empleo. Pero dentro de los países de la OCDE hay perspectivas distintas, como se ha visto con la política del presidente Donald Trump en relación a los precios de los medicamentos. Poner a los pacientes (americanos) primero lleva a defender lo que ocurre dentro de las fronteras americanas, en una economía global que carece de fronteras. Que el precio de los medicamentos es alto en Estados Unidos es un hecho. Que el precio de algunos medicamentos sea bajo en países en vías de desarrollo es una necesidad, una solidaridad potenciada por las compañías multinacionales, que llegan a donar gratis ciertos medicamentos (Gilead GSK, MSD…) en África. El problema son los países que hay en medio. Hasta ahora, cada país negocia el precio que sea acorde a su renta o nivel de vida. En Europa se entiende que Alemania puede tener unos precios de los medicamentos algo más elevados que Italia o España. ¿Qué ocurriría si Alemania se “cansara” de aceptar dichos precios? Por su lado, el Parlamento Europea sigue adelante con su informe sobre la evaluación de las tecnologías sanitarias (medicamentos, procedimientos, tecnología), que suponen una parte importante del crecimiento económico de la UE, y representa el 10% del PIB. Como dice el texto borrador que firma la eurodiputada Soledad Cabezón, se trata de detectar el avance de una tecnología en comparación con otras, y facilitar un alto nivel de protección de la salud, Además, la OMS, en su 71 Asamblea Mundial, plantea recomendaciones en relación a un calendario de políticas de precios. Es posible que tan sólo el 30% de los medicamentos actualmente en el mercado sean esenciales e innovadores, pero es muy importante identificarlos antes y darles el valor oportuno. Un próximo artículo de Micó y col. que cuenta con el aval, entre otros, de Carlos Camps (Hospital General Univ. de Valencia) pone de manifiesto el rol más activo de los oncólogos en las decisiones terapéuticas, sin perder de vista el precio. Todo confluye.