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Los datos no mienten. La falta de adherencia a los tratamientos es un problema mayúsculo. Solo en España supone un agujero de 11.250 millones de euros cada año provocado por los tratamientos innecesarios, las pruebas adicionales, el aumento de visitas al profesional sanitario. Esto supone una mayor incidencia en la mortalidad e ingresos hospitalarios que claramente inciden en la sostenibilidad del sistema sanitario. La realidad de la adherencia es bien conocida y ya han existido iniciativas que buscaban el consenso de todos los agentes implicados para iniciar un camino común que intentara paliar el problema. Pero no han fructificado y lo que nacía como un proyecto ambicioso y que podría aunar a todo el colectivo sanitario parece haber pasado al olvido. De ahí que iniciativas como las que hemos conocido esta semana que buscan poner cerco a este problema, ponen sobre la mesa soluciones a la falta de adherencia.
La farmacia española ha sumado esfuerzos y ha reclamado su papel protagonista y necesario para hacer frente al desafío que supone la adherencia. Un papel que no es nuevo y que lleva tiempo desarrollándose a través de programas puestos en marcha por el propio Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria o desde los mismos Colegios Oficiales de cada provincia. Lo que demuestra que no es un problema ajeno a la farmacia y que se está trabajando de manera activa y decidida contra la falta de adherencia en los tratamientos.
Está muy bien filosofar y recordar año tras año cifras y problemas provocados por este problema. Pero está mucho mejor pasar a la acción y continuar con el trabajo para vencer a la falta de adherencia y mejorar los programas que han demostrado con creces su utilidad a lo largo de los años.
