| viernes, 12 de enero de 2018 h |

El ya clásico análisis de EL GLOBAL en cuanto al número de farmacias en Viabilidad Económica Comprometida (VEC) arroja una ligera mejoría respecto a los datos del año pasado y habla de la cifra más baja desde el año 2012. Una noticia que invita al optimismo y que puede servir de estímulo para conseguir poner cierto orden en la ordenación de las farmacias a nivel nacional. Cuando prácticamente todo el sector habla de que hay que frenar aperturas y sentarse a dibujar el mapa farmacéutico español con algo más de cordura, es por algo. De ahí que la temida llegada de las elecciones autonómicas y locales hace que las decisiones tengan que ser tomadas con más premura si cabe para que la farmacia no se convierta en arma electoral. De no ser así, volveremos a encontrarnos con situaciones difíciles de corregir y que ‘empujan’ a la farmacia hacia el abismo de la inviabilidad económica. La necesaria regulación en base a criterios más objetivos es urgente, sobre todo, para que año a año la cifra de farmacias VEC disminuya y se consiga ir hacia un modelo todavía más sostenible en el que esa figura sea realmente anecdótica y solo obedezca a criterios como el carácter rural de ciertas regiones españolas o a la dispersión geográfica. En cualquier caso, en el estudio del mapa farmacéutico tiene que primar el sentido común y no las ‘necesidades electorales’. Esto es algo en lo que coincide la mayoría de agentes del sector y es lo que hay que perseguir. Porque la utilidad de la farmacia, su capilaridad, su vocación de servicio público no tiene que ser entendida como esclavitud o ver comprometido su futuro desarrollo por decisiones caprichosas.

El dato de este año, en el que se observa que 78 farmacias abandonaron la calificación VEC es, como decíamos, la mejor de las motivaciones para continuar el trabajo de mejora y acondicionamiento del mapa farmacéutico nacional.

El trabajo tiene que enfocarse hacia el dibujo de un mapa farmacéutico más sostenible