Rodearse de un equipo con experiencia siempre ha sido clave para un ministerio que debe combinar como ningún otro un doble perfil político (que no politizado) y técnico
| 2016-11-04T13:49:28+01:00 h |

Como agua en el desierto. Así ha podido calificarse la llegada (absoluta, además, para el sector farmacéutico) de Dolors Montserrat al Ministerio de Sanidad. Hubo sorpresa, con mayúsculas, en la elección de Mariano Rajoy para tomar la batuta de la cohesión del sistema sanitario y adoptar medidas que garanticen su sostenibilidad. Falta por ver ahora en qué se traduce ahora la histeria colectiva que se ha desatado tras el ‘habemus ministra’: ¿Continuidad o aperturismo?

Después de esperar más de 300 días, todos querrán conocer más sobre la agenda de la ministra, sus intenciones, sus opiniones… Aunque las cosas deben seguir su cauce. Por cortesía parlamentaria hay que dar los primeros 100 días para conocer, primero su equipo, y después sus planes. Rodearse de un persona con experiencia siempre ha sido clave para un ministerio que debe combinar como ningun otro un doble perfil político (que no politizado) y técnico.

Dolors Montserrat tiene muchas papeletas para cumplir con el primero de estos perfiles. Si algo se puede decir de la (hasta ahora) desconocida ministra de Sanidad es que tiene una amplia experiencia en materia de negociar. Master en Mediación y Negociación, fue parte activa en la negociación entre el PP y Ciudadanos… Casualidad o no, será ella la que ahora deba llevar esos acuerdos a buen puerto en el ámbito sanitario, atrayendo al máximo número de fuerzas posible.

Si bien casi todos los ojos se han centrado en ella, de seguro no es la única figura del nuevo Ejecutivo que habrá llamado la atención del sector. No hay que dejar de lado a Luis de Guindos, que ha ganado poder en el nuevo gabinete con una decisión de lo más estratégica: el ministro de Economía mantiene las competencias en Competitividad/I+D y suma las de Industria/Profarma. Se trata de un movimiento de lo más hábil que podría impulsar la competitividad de uno de los sectores más dinámicos (y necesidados de estabilidad) que hay.

Los últimos años han sido testigos de cómo los avatares sanitarios han venido marcados cada vez más por las decisiones de Hacienda. Si llamativa es la continuidad del ministro de Economía, también debe serlo la de Cristóbal Montoro. Habrá que ver si el mayor ‘garante’ de las exigencias de Bruselas y más firme defensor del cumplimiento de los compromisos de Estabilidad sigue con su ojo fijo en el sector farmacéutico.