El sector ha seguido un rastro de migas de pan que, como Ariadna, la directora general de Cartera Básica de Servicios del SNS y Farmacia, Patricia Lacruz, ha ido dejando en Twitter
| 2019-01-25T12:54:04+01:00 h |

Muchas cosas pueden decirse estos días al hilo de la comunicación sanitaria… Al hilo de un hilo como el que tejió Ariadna para que Teseo pudiera salir del laberinto; al hilo de los hilos de Twitter, que han ido ganando terreno a los trámites oficiales como vía para obtener información… En los últimos días, el sector farmacéutico, inmerso desde hace tiempo en el aparente laberinto que conecta la innovación con la sostenibilidad y el acceso, ha seguido un rastro de migas de pan que, como Ariadna, la directora general de Cartera Básica de Servicios del SNS y Farmacia, Patricia Lacruz, ha ido dejando en Twitter. Sus pistas no han dejado a nadie indiferente. Más bien todo lo contrario. Han sabido a gotas de agua en un desierto, dejando a todos con ganas de más.

Tiene mucho sentido que la Dirección General de Farmacia haya priorizado el diseño y desarrollo de una herramienta que trae de cabeza al sector sanitario y farmacéutico, especialmente en el campo de la oncología. El anuncio de Lacruz, que no es coetáneo por casualidad del otro gran trabajo que impulsa su cartera —el Plan de Terapias Avanzadas y los avances en terapia CAR-T— es también el anuncio del final de una tremenda sequía de actividad ministerial que durante demasiado tiempo lastra al sector farmacéutico.

Al mismo tiempo, no podemos obviar ni luchar contra el papel de las redes sociales en nuestro día a día, a nivel personal y laboral. Ahora bien, apostar por una inmediatez comunicativa puede tener efectos secundarios indeseados a nivel informativo, especialmente cuando se abordan cuestiones tan complejas como las que atañen a Valtermed, una herramienta que tiene un componente participativo del que careció el innovómetro de Agustín Rivero pero que de momento ha cogido al sector con el pie cambiado, incapaz de reaccionar ante un anuncio del que no tenía noticia.

Es preciso aprovechar la capacidad de consenso de la que hace gala este equipo sanitario para aglutinar los trabajos que con tan buen tino se están llevando a cabo para dilucidar el beneficio clínico y valor de los fármacos —cabría citar los esfuerzos de SEOM y la Fundación ECO— para conseguir avanzar en una herramienta consensuada por todos. Y quizá ello requiera sacrificar la inmediatez de los 280 caracteres para apostar, también, en pro de la reflexión informativa.